miércoles, 5 de noviembre de 2008

Camino hacia la felicidad

Rehaz a un hombre y entonces se rehace su mundo.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 5.

Lo que amamos en exceso con frecuencia nos aflige en exceso.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 15.

Un hombre que nunca ha arraigado el alma en lo divino exagera cada problema que se le presenta.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 18.

Sentido del humor: una forma de difundir felicidad.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 18.

El poder de alegrar es siempre una prueba clara de la condición moral de un hombre. Ningún hombre puede ser exteriormente feliz, cuando es infeliz en su interior.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 19.

La alegría no deriva de las cosas que conseguimos o de las personas que encontramos, sino que es elaborada por el alma misma, cuando ésta se ocupa de lo que le corresponde.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 23.

El secreto de una vida feliz es la moderación de nuestros placeres.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p.23.

La mejor visión es la que se hace desde la cima de la montaña, pero puede ser arduo llegar a ésta. Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 25.
El hombre que odia es dependiente de lo que no puede amar, por lo tanto no es libre.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 51.

La luna de miel es una especie de crédito divino extendido a quienes, más tarde, tendrán que pagar los costos de edificar una familia.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 54.

Toda maternidad humana implica un compañerismo con lo divino.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 59.

Dios nunca permite una aflicción, excepto para purificar.
Fulton J. Sheen, Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 79.

Dios agita las hojas de los árboles que envuelven nuestra existencia individual, para que podamos ver el cielo.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 79.

El hombre moderno sería mucho más feliz si dedicase un poco de tiempo para meditar.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 85.

Una vida de fe con paz en el alma sólo se puede cultivar a través de un aislamiento periódico de las preocupaciones mundanas.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San Pablo, 2006, Buenos Aires. p. 85.

No tenemos nada que ofrecer que no lo hayamos recibido.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 89.

Lo que frecuentemente es lujuria en la juventud, es avaricia en la vejez.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 89.

Está escrito en las nubes del cielo que ellas busquen morir al servicio de la lluvia.
Fulton J. Sheen; Camino hacia la felicidad, Colección Pilares, San pablo, 2006, Buenos Aires. p. 91.


Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...