miércoles, 7 de noviembre de 2012

Steve Jobs


Las personas lo suficientemente  locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian.  Anuncio “Piensa diferente” de Apple, 1977, en Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.10.

Nunca se debía crear una empresa para hacerse rico. La meta debía ser producir algo en lo que creyeras y crear una compañía duradera. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.113.

El mantra de Apple siguió siendo aquel que figuraba en su primer folleto “ la sencillez es la máxima sofisticación”. Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.170.

El budismo Zen japonés tiene una estética magnífica. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.171.

Aportar cultura a los productos. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.234.

La gente que sabe de lo que está hablando no necesita Power Point. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.425.

Sencillez que se obtiene como resultado de controlar la complejidad, no de ignorarla. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.432.

Tienes que entender  en profundidad la esencia de un producto para poder deshacerte de todos los elementos que no son esenciales. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.432.

El empaquetado puede ser como el teatro, puede crear una Historia. 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.437.

Opino que las ideas son algo muy frágil, así que hay que tener cuidado con ellas cuando se encuentran en su fase de desarrollo.  
Ive en Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.587.

Como dice Bob Dylan, si no estás ocupado naciendo, estás ocupado muriendo…… 
Walter Isaacson; Steve Jobs, 4 edición, Debate,  España, 2011, p.706.

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...