jueves, 15 de diciembre de 2011

Dios permite el fracaso, pero no el desaliento


Desde el momento en que el alma tiene la gracia de conocer a Dios, debe buscar. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.7.

A la psicología moderna todavía le hace falta descubrir lo que han enseñado las religiones durante milenios: que la pérdida del yo conduce al descubrimiento del alma. Prólogo de Thomas Moore en Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.12.

Los seres humanos experimentan una importante transformación y descubren su humanidad, dignidad y al menos felicidad momentánea cuando se les da un poco de amor y atención. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.15.

Para orar mejor hay que orar más. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.22.

Dios permite el fracaso, pero no el desaliento. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.22.

Sólo mediante la oración mental y la lectura espiritual podemos cultivar el don de la oración. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.23.

A veces nos cuesta sonreírnos los unos a los otros. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.45.

Debemos amar a quienes tenemos más cerca, en nuestra propia familia. A partir de ahí el amor se extiende hacia quien quiera que nos necesite. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.45.

Quiero que vayas a buscar a los pobres de tu propia casa, ya que el amor tiene que comenzar ahí. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.45.

Donde hay amor siempre hay una apertura a servir. Madre Teresa; el Amor más grande, Edición Conmemorativa, Urano, 1997, Barcelona, p.47.

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...