viernes, 27 de enero de 2017

Los «debería» acaban arruinando la relación.

Ni me explico, ni me entiendes
Xavier Guix

Un buen comunicador escucha, se expresa con claridad y es capaz de convertir grandes problemas en grandes oportunidades. Prólogo

Un profesor no es tanto lo que sabe o lo que dice sino la forma que tiene de comunicarlo. Prólogo

No es lo mismo hablar sobre las cosas que expresarlas emocionalmente. Introducción

Nos limitamos a nosotros mismos cuando limitamos nuestras relaciones. Introducción

Cuando una relación llega al punto en el que «ni nos explicamos, ni nos entienden» se produce una de las experiencias humanas más inquietantes: el desencuentro, la descomunicación, la contraimagen de la comunicación, como la llama Paul Watzlawick. Emerge una extraña sensación de impotencia y un sentimiento profundo de incomprensión, como un vacío que parece tragarse tu identidad.

«La vida es como un eco. Si no te gusta lo que recibes, presta atención a lo que emites».

el cuerpo habla más alto que la voz y las palabras.

Nuestros pensamientos pueden ser privados, pero las emociones son más públicas de lo que nos imaginamos. Es su gran aportación a la comunicación.

Saber leer el lenguaje corporal es la mejor manera de captar a otra persona.

Sabía que la anatomía del rostro admite unas siete mil combinaciones visualmente distintas de los músculos en la configuración de las emociones?

Recordar malos momentos de la vida eleva la presión sanguínea y afecta al corazón.

Los problemas vienen cuando ante diferentes situaciones utilizamos siempre la misma conducta porque no tenemos otra aprendida.

Si siempre hace lo mismo siempre obtendrá el mismo resultado!

Los «debería» acaban arruinando la relación.

Los «debería» nos alejan del presente. Nos castigan con lo que debíamos haber hecho o nos proyectan al futuro con todo lo que nos queda por hacer. En el presente esto no pasa.

Estamos ligados unos a otros a través de relaciones de rol: las obligaciones de uno son las expectativas del otro. Tener claro estos conceptos es muy importante cuando se accede a cualquier actividad compartida, sobre todo si las relaciones son entre desconocidos:

Total, que la alarma empieza a sonar cuando ya estamos «encendidos».

Como ha aparecido así, de sopetón, es como si hubiéramos recibido un balonazo y, consecuentemente, lo primero que intentamos es saber de dónde ha venido, o mejor dicho, quién nos lo ha enviado.

Todo lo que resistes, persiste; lo que aceptas, se transforma.

¿Tiene sentido hacerle sitio a una emoción que nos amarga la existencia? Creo que sí, vale la pena entender qué nos quiere decir.

La empatía se define como la capacidad de ponernos en el lugar de los otros, de entender lo que les pasa, lo que sienten. Hay una expresión que me encanta como definición de la empatía: «ponerse en los zapatos del otro».

El control de la conversación lo tiene el que escucha y no el que habla.

Y esto que ha pasado ¿cómo te hace sentir?».

La asertividad consiste en la capacidad de expresarse en primera persona. Es decir, yo quiero, yo siento, yo entiendo, yo creo, yo pido

Yo debo resolver mi problema, pero ¡no puedo resolver tu problema!

Nuestras afirmaciones son incontestables; nadie puede negarnos lo que pensamos, sentimos o hacemos. Podrán no estar de acuerdo, pero no negarlo.


Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás el mismo resultado. Si lo que haces no funciona, ¡haz otra cosa!

miércoles, 25 de enero de 2017

Jorge Bucay; Cartas a Claudia

Juntos hemos recorrido los más insólitos caminos del amor, o mejor dicho del A-M-O-R. Desde las formas más perversas hasta las más tiernas. Siempre creando. También nada. … Por momentos, fuimos Jorge y July y por momentos fuimos Jorge con July, por momentos JorgeJuly y por momentos Jorge—————July. Aun en nuestros silencios o en nuestras distancias, nos sabemos. 
Prólogo de la doctora Zulema Leonor Saslavsky

Jorge fue para mí más que un hijo, porque además lo elegí. Y digo fue porque ahora, ahora es independiente. Me hace feliz verlo andar por sí mismo y a la vez me encuentro con el sentimiento opuesto y encontrado y simultáneo de la nostalgia que me provoca que el hijo ya no sea hijo. Creo que lo vivo más como mi trascendencia, en parte resuelta, enriquecida por las contradicciones y el acuerdo de los desacuerdos entre él y yo. 
Prólogo de la doctora Zulema Leonor Saslavsky

Quiero que me oigas sin juzgarme. Quiero que opines sin aconsejarme. Quiero que confíes en mí sin exigirme. Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí. Quiero que me cuides sin anularme. Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.  
Quiero que me abraces sin asfixiarme. Quiero que me animes sin empujarme. Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí. Quiero que me protejas sin mentiras. Quiero que te acerques sin invadirme. Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten. Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas. Quiero que sepas que HOY contás conmigo… Sin condiciones. 
Introducción.

Nietzsche cuenta que la memoria y el orgullo peleaban: la memoria sostenía que había sucedido y el orgullo que no podía haber sucedido así. Se miraron… ¡y la memoria se dio por vencida!
En última instancia nuestro pasado es una suposición, una fantasía, una explicación de cómo los hechos llegaron a ser los actuales.
El recuerdo es útil —es cierto—, a veces es útil. Pero no lo es cuando apoyo mi vida en él. Cuando dependo de él, cuando digo «a mí me lo enseñaron así”. 
Carta 2

Estoy hablando de ELEGIR. No de optar. No de descartar las alternativas indeseables y quedarme con el resto. 
Carta 2

En el dar hay implícita una doble dirección: doy recibiendo. Cuando doy, algo que es mío pasa a ser tuyo y en el mismo instante algo tuyo —tu aceptación— pasa a ser mío. En el regalar, en cambio, no hay bidirección; te brindo algo pero no recibo nada. Cuando te regalo, te paso algo que de alguna manera siempre fue tuyo. (Te compro un disco: lo compro para vos pero nunca fue mío). 
Carta 3

La terapia gestáltica. Prefería llamarla: Terapia del darse cuenta. 
Carta 6

Qué diferente es el proyecto (proyectarse-lanzarse-ir hacia adelante), de la expectativa (expectativa deriva de expectante, espectador).En la expectativa, mi actitud es pasiva; simplemente espero que suceda algo. 
Carta 10

Cuando decís necesito no te hacés responsable. Yo quiero, en cambio, es una expresión comprometida con todo mi ser. 
Carta 10

El miedo es siempre un invento del pensamiento, «una frustración del pasado, fantaseada en el futuro». 
Carta 10

Asisto al siguiente instante, donde encuentro que un pedacito de todo eso que salió mal me sirve; algo de ello me enriquece; toda la situación me hace crecer. 
Carta 12

Dice Prather: Una piedra nunca me irrita, a menos que esté en mi camino». 
Carta 12

No nos damos cuenta de que la respuesta del otro a mi exigencia no puede ser mejor. Su respuesta solo puede ser más. Cuando me pongo necio te exijo que me prestes más atención, que te ocupes más de mí, que me des más cosas, que me dediques más tiempo, que me quieras más… ¡que me quieras más!, como si vos pudieras hacer algo para quererme más. 
Carta 19

No toda la gente sabe pedir. Conozco a quienes jamás han pedido nada, o «peor» dicho jamás pedir nada. Ellos sienten que pedir es ponerse en manos del otro. No pueden aceptar que no son autosuficientes. Temen a sus propias debilidades y, sobre todo, cualquier rasgo que implique dependencia, los aterra. Muchos de ellos se ufanan de no pedirle nada a nadie. Pero buceando un poco en su historia personal, en sus conductas habituales, en sus relaciones más cercanas y encontrarás siempre lo mismo: exigencias veladas y detrás de ellas más exigencias.
Carta 19

Cuando sentimos insatisfacción, a veces, exigimos más y en realidad queremos mejor. Carta 19

Que la más cruel y hostil de mis exigencias es aquella en la que ni siquiera te digo lo que quiero. Lo que espero de vos ahora es titánico. 
Carta 19

Primero, tenés que adivinar qué es lo que estoy esperando y después, por supuesto, dármelo. 
Carta 19

Aprender a pedir es uno de los grandes desafíos del ser persona. Carta 19

Berne dice que hay seis maneras de estructurar el tiempo (y solo seis) y que, además, todos tenemos «hambre» de tiempo estructurado.
Las seis maneras de Berne son: La intimidad, Los juegos de vida, La actividad, Los pasatiempos, Los ritos, El aislamiento. 
Carta 21.

Eric Berne escribió todo un libro listando los juegos que jugamos (Games the people play), que yo creo vale la pena leer. 
Carta 21

Eric Berne tiene una frase en su libro que me parece genial: ¡CÚRESE PRIMERO Y PSICOANALÍCESE DESPUÉS! 
Carta 23

Tengo seis razones: la primera es que no quiero, las otras cinco… ¿qué importan? 
Carta 23

Recuerdo los ejercicios del darse cuenta de John Stevens: el darse cuenta del afuera y el darse cuenta del adentro… 
Carta 24

Describiendo la casa a un amigo, le decía: «Es hermosa y muy grande; tiene 10 metros de frente y 45 metros de fondo, pero para arriba y para abajo ¡no tiene límites!». 
Carta 25

El dolor aparece como una terrible amenaza a nuestra integridad… Y entonces, nos defendemos. 
Carta 26

La mayoría de nosotros tememos separarnos de las cosas, porque nos asusta necesitarlas mañana. 
Carta 26

El objetivo es claro: no vivir el duelo que implicaría una separación.
Carta 26

Si no me puedo separar de aquello que hoy no está, no podré encontrarme libre para vincularme con lo que en este momento sí está aquí conmigo. 
Carta 26

Imaginemos que alguien te quiere, te quiere mucho y vos no te sentís querida en absoluto: ¿para qué te serviría su cariño? 
Carta 29

Siempre pensé que la respuesta más hermosa a un «te quiero mucho» es «y yo me siento muy querido por vos». 
Carta 29

La inmadurez y agregué que este concepto se relaciona con transferir el apoyo ambiental al autoapoyo. Carta 33


Hay tres clases de personas. Una, la que cuando tiene frío regala toda su ropa de abrigo. Otra, que cuando siente frío se pone su ropa de abrigo. Y una tercera, que cuando siente frío prende un fuego, para calentarse a sí misma y a todos los otros que quieran disfrutar del calor. La primera persona es suicida: se morirá de frío. La segunda es miserable: se morirá sola. La tercera es un ser humano normal, adulto y egoísta (enciende el fuego porque él tiene frío). Carta 35

Nunca he matado a nadie —y agrego—… porque nunca he tenido un buen motivo. 
Carta 37

Moral enlatada. 
Carta 37

Barry Stevens: »Si por vivir todo lo bueno hube de vivir todo lo malo, no renuncio a nada de lo malo por no perder nada de lo bueno». 
Carta 39

LO BUENO DE LO MALO ES QUE NO ES LO PEOR». 
Carta 39

La gran llave de este tema consiste en darme cuenta de mis guiones. Investigarlos y descubrirlos. Encontrar cuáles actitudes de mi vida cotidiana no son en verdad sino elección, sino parte de un argumento que trato de cumplir. Este es el primer paso. El segundo es romper el guión. Renunciar a él de cabo a rabo; y después, si todavía quiero un argumento (déjame llamarlo proyecto), entonces puedo escribir uno nuevo desde mi realidad, desde mis gustos y apetencias de aquí. Y de ahora. Y, si es posible, escribirlo con lápiz, para poder borrar lo que quiera cuando tenga ganas. Y, sobre todo, un argumento que esté siempre dispuesto a ser destruido y reemplazado por otro; uno nuevo más acorde con mi vida, con mi persona, con mi sentir de hoy. 
Carta 41

La muerte conecta con la gran impotencia. 
Carta 49

La próxima vez que te encuentres en una actitud hostil (esto es: destructiva o cruel, dañosa o hiriente), la próxima vez, miráte hacia adentro. Buscá la impotencia implícita. Y cuando la encuentres, cuando sepas qué es lo que no aceptás, qué es lo que no podés modificar, intentá aceptar simplemente que quizás no puedas, date cuenta de que, si podés, quizás no sea en este momento o por este camino. Aceptá tu impotencia. 
Carta 49

Entramos en nuestro envejecimiento espiritual dejando de crecer, dejando de aprender, reaprender y desaprender, dejando de vibrar con las cosas nuevas, dejando de arriesgar. Pues bien, estamos envejeciendo. ¡Pero la fuente de la juventud está en nuestras manos!! No hay envejecimiento durante el crecimiento. Por lo tanto, si seguimos creciendo, si a lo largo de nuestra vida no dejamos de crecer, ¡entonces nuestro espíritu no envejecerá jamás! 
Carta 54

Un viejo chiste dice: «Cuando esté en un callejón sin salida, salga por donde entró». 
Carta 54

La Oración Gestáltica de Fritz, según yo mismo, dice: Yo soy Yo. Vos sos vos. Yo no estoy en este mundo para llenar todas tus expectativas. Y sé que vos no estás en este mundo para llenar todas las mías. Porque yo soy yo. Y vos sos vos. Y cuando vos y yo nos encontramos, es hermoso. Y cuando encontrándonos, no nos encontramos, no hay nada que hacer. 
Epílogo


Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...