sábado, 10 de abril de 2010

Dar paz y alegría a los demás

Quien rechaza a Cristo se queda sin luz y ya no sabe por donde va el camino. Queda desorientado en lo más íntimo de su ser.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.94.

La presencia de satanás en la historia de la humanidad aumenta en la misma medida en que el hombre y la sociedad se alejan de Dios.
Juan Pablo II en Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.81.
Jesus se hace presente en los enfermos.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.100.
Aprender a ser buenos enfermos.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.100.

Ante el aparente fracaso de muchas tentativas debemos recordar que Dios no pide tanto el éxito, como la humildad de recomenzar sin dejarse llevar por el desaliento y el pesimismo.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.127.

En el fondo de nuestros corazones hay profundos contrastes: somos capaces de lo mejor y de lo peor.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.130.

Un sincero arrepentimiento es siempre la ocasión de un encuentro nuevo con el Señor, del que se pueden derivar insospechadas consecuencias para nuestra vida interior.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.132.

La alegría verdadera tiene su orígen en Cristo.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.153.

La tristeza nace del descamino y del alejamiento de Dios.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.153.

Dar paz y alegría a los demás.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.153.

Muchas personas pueden encontrar a Dios en nuestro optimismo, en la sonrisa habitual, en una actitud cordial.
Francisco Fernández Carvajal; Hablar con Dios, Palabra, Madrid, 1997, T.2, p.155.

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...