miércoles, 17 de febrero de 2021

Karmele Jaio; Las manos de mi madre

Qué buenas son las risas con la tía Dolores. La tía es como un bálsamo. Un ungüento eficaz para las heridas. —¡Cómo ha cambiado esto! —comenta la tía al entrar en el hospital.

 

Nos dejamos todas las energías en nuestros trabajos. Dejamos para nuestra relación las sobras del plato. Nos dedicamos el tiempo en el que ya estamos cansados, tras una jornada de trabajo. Siempre es tiempo de sobra, energía de sobra, sonrisas de sobra. Para cuando nos vemos, estamos casi vacíos, como si alguien nos hubiese robado el contenido.


Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...