sábado, 10 de enero de 2009

El Amor Supremo II

Cuánto más contrario a nuestra voluntad es algo, más estrechamente se parece a la Cruz.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.319.
Un santo debe ser una persona con quién resulte fácil vivir.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.325.

Cualquiera que desee llevar una vida espiritual en el mundo debería leer La Introducción a la Vida Devota de San Francisco de Sales.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.326.
Lo que una mujer ha hecho por sus hijos, puede verse en su rostro.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.326.
Como resultado del pecado original, solamente por una constante lucha podemos mantener el control sobre nosotros mismos.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.363.

Lo que se llama a menudo una voluntad débil es realmente la voluntad propia que no ha desarrollado suficientes motivos o ideales para ser movida.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.364.

Somos miembros del mismo Cristo, de modo que lo que nos hacemos a nosotros se lo hacemos a El.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.366.

Solamente los que aman a Dios pueden comprender la Novena Sinfonía.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.375.

La custodia del corazón es una de las reglas más importantes en la vida espiritual.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.388.

Nos imaginamos la santidad como la perfección de nuestra propia vida, mientras que en realidad es la perfección de la vida de Cristo en nosotros.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.394.

Inquisidor: ¿porqué permaneces allí sin hacer nada?
Estatua: Porque mi amo no me colocó aquí para hacer algo, sino simplemente para permanecer inmóvil.
Inquisidor: ¿Y qué ventaja sacas con tal modo de proceder?
Estatua: no estoy aquí por mi propio interés o servicio, sino para obedecer y cumplir la voluntad de mi amo y hacedor y esto es bastante para mi.
Inquisidor: ¿como te puede satisfacer contentar a un amo que no ves?
Estatua: yo no lo veo, pero mi amo si me ve y le gusta verme aquí y esto es todo lo que necesito para ser feliz.
Inquisidor: ¿Pero deberías por lo menos desear hacerle algún buen servicio al amo?
Estatua: no deseo nada más mientras mi amo desee dejarme aquí, porque mi única felicidad es contentar a aquel a quién pertenezco y por quién soy lo que soy.
En el Amor de Dios de San Francisco de Sales (estracto)…Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.401.
Lo que tenemos que hacer es concentrarnos en el primer paso y nunca considerar la dificultad del próximo.
Eugene Boylan; El Amor Supremo, (1952), Ediciones Rialp, 6 edición, Madrid, 2002, p.409.

1 comentario:

Pirri dijo...

Me ha gustado mucho tu blog y lo he encontrado de casualidad buscando una cita de Séneca, así que si no te parece mal he puesto un link en mi recién nacido blog lavacasubmarina.blogspot.com para que pueda buscar más rápidamente otras citas. Gracias y adelante.

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