viernes, 8 de junio de 2012

Si le damos demasiada importancia a nuestros problemas, el corazón se enferma.


La calidad de vida deberíamos medirla según nuestra relación con Dios. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.18.

Excusas y quejas nacen de una persona poco espiritual. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.20.

Si se desconfía de Dios se termina desconfiando de los seres humanos. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.24.

Aprender a ver a Dios en todas las cosas. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.33.

Sanar el ojo para sanar el corazón.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.34.

La enfermedad es una pobreza que nos aleja del orgullo. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.34.

Para sanar el corazón: aprender a descubrir la presencia de Dios en nuestras vidas. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.39.

Si le damos demasiada importancia a nuestros problemas, el corazón se enferma. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.43.

El corazón impuro es débil. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.53.

La falta de fe provoca falta de paz. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.62.

Para sanar el corazón es muy importante la confianza plena en Dios, en los demás y en nosotros mismos. Todas las actitudes que suponen envidia, desconfianza, recelo hacia los demás, debilitan nuestro corazón. Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.69.

Quien está enfermo puede explotar aspectos de su propia vida que hubiera sido incapaz de hacerlo en salud. 
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.84.

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