miércoles, 28 de febrero de 2018

Una vida sin límites, Nick Vujicic


Una vida sin límites, Nick Vujicic 

Lo que más importa son aquellas vidas que tocas a lo largo del camino y la manera en que terminas tu viaje.

SI NO PUEDES OBTENER UN MILAGRO, CONVIÉRTETE EN ÉL

Tu frustración es prueba de que deseas en la vida algo más de lo que tienes ahora y eso es bueno. Con mucha frecuencia los retos de la vida son los que nos muestran quiénes deberíamos ser en realidad.

Si confiamos totalmente en Dios, la felicidad puede llegar en cualquier circunstancia.


Algunas heridas se curan más rápido si te mantienes en movimiento.

No todo el tiempo puedes controlar lo que te sucede; siempre pasa algo en la vida que no es tu culpa o que no está en tus manos evitar. Pero tienes la opción de darte por vencido o de seguir luchando por una mejor vida. Mi consejo es que tengas en mente que todo sucede por alguna razón y que, al final, siempre habrá un resultado favorable.

Cuando encuentras algo que te mueve por completo, que harías durante todo el día aunque no te pagaran, entonces estás en el camino correcto. Cuando encuentras a alguien que está dispuesto a pagarte por hacerlo, entonces ya también tienes una carrera.

No nos es posible ver lo que nos espera. Ésas son la buena y la mala noticia. Yo te puedo animar diciéndote que lo que te espera adelante es mucho mejor de lo que hayas podido imaginar, pero, es tu responsabilidad sobreponerte, levantarte y ¡presentarte ahí!

Esa es tu realidad y tienes que trabajar con ella. La vida no es una carrera corta, es un maratón. El deseo que tienes de obtener más significado es un símbolo de que estás creciendo, de que te mueves más allá de tus límites y de que estás desarrollando tus talentos. Es muy sano que, de vez en cuando, te fijes en dónde estás y te preguntes si tus acciones y prioridades están dirigidas hacia tu propósito más alto.

Te debes mover más allá de la búsqueda de la satisfacción personal y alcanzar aquella búsqueda más madura, la búsqueda de significado y plenitud.

Las mayores recompensas llegan cuando te entregas a ti mismo. Se trata de mejorar la vida de otros, de ser parte de algo más grande que tú mismo. Se trata de hacer una diferencia positiva.

Estoy seguro de que Dios no comete errores, sino milagros. Yo soy uno de ellos. Y tú, también.

Tú y yo, somos solamente humanos, no podemos ver el futuro. En lugar de eso podemos imaginar las posibilidades. Sólo Dios sabe lo que nos depara la vida, y la esperanza es el regalo que nos ha brindado. Es una ventana por la que podemos mirar. No es posible conocer el futuro que Dios nos ha designado, pero debes confiar en Él, mantener la esperanza en tu corazón, incluso cuando te enfrentes a lo peor, debes hacer lo necesario y ¡prepararte siempre para lo mejor!

Una de las mejores maneras que he encontrado para mantener mi fe cuando nuestras oraciones no reciben respuesta es acercarme a otros. Si tu sufrimiento se convierte en una carga, trata de acercarte a alguien y de aligerar su carga, trata de darle esperanza. Anímalo y bríndale consuelo, hazle saber que no está solo. Ofrece compasión cuando tú la necesites, ofrece amistad cuando te sientas solo. Regala esperanza cuando a ti más falta te haga.

Si dices que no tienes esperanza, significa que tienes cero posibilidades de que vuelva a suceder algo bueno en tu vida.

La esperanza, con la fe y el amor, es uno de los pilares de la espiritualidad. Sin importar cuáles sean tus creencias, nunca debes dejar que la esperanza te abandone porque todo lo bueno de la vida comienza gracias a ella. Si no tuvieras esperanza, ¿acaso te atreverías a planear una familia? Sin esperanza, ¿tratarías de aprender algo nuevo? La esperanza es el trampolín para casi todos los pasos que damos; la esperanza que yo tengo al escribir este libro es que tú encuentres una vida mejor, una vida sin límites.

Mantente en movimiento porque la actividad produce inercia y, a su vez, esta inercia provoca oportunidades inesperadas.

Debes creer que Dios te proveerá aquello que te hace falta.

Tienes que confiar en Dios y recordar que estás aquí por alguna razón, tienes que dedicarte a llenar ese propósito.

Necesitamos responsabilizarnos de nuestra propia felicidad y éxito. Puede ser que tus amigos y tu familia vean por ti en momentos de necesidad y eso lo debes agradecer. Debes agradecer su esfuerzo, pero tú debes seguir insistiendo por ti mismo. Entre más esfuerzo inviertas, más oportunidades crearás.

A veces, aquellos problemas que sentimos que nos detienen, en realidad nos están fortaleciendo. Tienes que mantenerte abierto a la posibilidad de que la discapacidad de hoy se pueda convertir en la ventaja del mañana.

Creo que en realidad quedé discapacitado en el momento en que perdí la fe. Créeme, perder la fe es mucho peor que no tener extremidades.

Debemos confiar en ciertas realidades invisibles. ¿Por qué? Porque todos enfrentamos dificultades: tú las tienes y yo las tengo. Hay momentos en la vida en que no encontramos el camino para salir, pero es justo ahí en donde aparece la fe.

¿Por qué a mí?, lo único que podemos hacer es confiar en que el plan que Dios tiene para nosotros será revelado a su tiempo. Hasta ese momento, debemos guiarnos por la fe.

La mayoría del tiempo me mantengo tranquilo porque sé que Dios me cuida.

No olvides eso: Todo es posible. Cuando te sientas que te ha tumbado un problema enorme, confía en que todo es posible. Al principio tal vez no encuentres la salida, pero debes creer que las circunstancias pueden variar, que pueden llegar soluciones y que la ayuda te llegará de lugares inesperados. Entonces, ¡todo es posible!

Tu objetivo siempre debe ser un final feliz. ¿Por qué no intentarlo?

Es fundamental tener paciencia porque estás plantando semillas, porque tienes que soportar el mal tiempo y esperar la cosecha. Pero, si encuentras un obstáculo, lo más importante es que no cometas ninguna tontería. No estrellas tu cabeza contra el problema y no das la vuelta para alejarte: buscas una solución y confías en que todos los obstáculos tienen un propósito.

Sin importar lo difícil, cruel e implacable que sea tu vida, debes mantenerte firme.

La adversidad y la desilusión no son divertidas, no tienes que fingir que las disfrutas, pero debes creer en que se avecinan mejores días, que la vida será plena y llena de propósito.

Quizás, ahora no puedes ver el camino, pero eso no significa que no esté ahí. Ten fe, tu historia te está esperando y ¡yo sé que será increíble!

Te sientes feliz contigo porque logras hacer felices a los que te rodean.
No sirve de nada lograr que alguien te ame si no te amas tú mismo.

La belleza, en realidad, se encuentra en los ojos de quien la contempla.

Tiene que haber una mejor manera de celebrar tu individualidad que seguir las mismas modas y tendencias.

He decidido que mi belleza radica en mis diferencias, en el hecho de que soy distinto a todos los demás. Tengo unicidad. Nunca, nadie, podrá decir que soy “promedio” o “sólo un tipo más”. Tal vez no soy el más alto entre la multitud, pero, ciertamente, destaco.

En lugar de regodearte en la compasión, trata de aligerar el dolor de alguien más.

Si no puedes resolver tus propios problemas, trata de ser la solución para alguien más. Después de todo, es mejor dar que recibir, ¿no? Si no te amas a ti mismo, entonces, entrégate. Te sorprenderá lo valioso que te sentirás si lo haces.

La única cura segura para la compasión es amarse y aceptarse a sí mismo. Las drogas, el alcohol y la promiscuidad, sólo ofrecen alivio temporal. Tarde o temprano siempre te traerán más dolor.

El mejor consejo que tengo para encontrar la felicidad interior es tratar de ver más allá de ti mismo y usa tus talentos, tu inteligencia y tu personalidad para que la vida de alguien más, pueda ser mejor.

Hay un gran poder que proviene del control de tu actitud, de ajustar tu carácter y deshacerte de comportamientos que puedan amenazar la capacidad que tienes de vivir sin límites.

Si lo que has hecho hasta el momento no ha funcionado, entonces tienes en tus manos el poder de ajustar tu actitud y cambiar tu vida.

Es perfectamente normal que al sufrir una tragedia o atravesar una crisis personal, pases las etapas de miedo, enojo y tristeza. Pero en algún momento todos tenemos que decir: “Sigo aquí.

¿Quiero pasar el resto de mi vida revolcándome en la miseria, o quiero superar lo que sucedió y seguir tratando de alcanzar mis sueños?”
Si elegimos la actitud correcta, nos podemos sobreponer a todos los imprevistos que debemos afrontar.

Lo más probable es que no tengas control sobre el próximo obstáculo que aparezca en tu vida. Imagina que un huracán llega a tu casa, un conductor ebrio choca contra tu auto, tu jefe te corre, tu pareja te dice “necesito tiempo”. En fin, todos recibimos eso de vez en cuando. Así que puedes sentirte triste y mal, pero luego, levántate y pregunta: ¿Qué sigue? Después de un rato de sollozar, de quejarte o de derramar todas las lágrimas en tu pecera, levántate y efectúa un ajuste en tu actitud.

Cuando permites que las circunstancias que están más allá de tu control determinen tu actitud y tus acciones, te arriesgas a caer en una espiral sin fondo de decisiones apresuradas y juicios subjetivos. Te arriesgas a exagerar, a rendirte demasiado pronto y a perder esas maravillosas oportunidades que siempre, la verdad, siempre surgen cuando crees que la vida no podría empeorar.

Si nos sentimos merecedores de una buena vida, en cuanto algo terrible sucede, tenemos la sensación de que alguien nos ha robado y ofendido. Tratamos de buscar culpables y exigir una compensación para nuestra desgracia, cualquiera que ésta sea. En ese estado mental de ensimismamiento, es muy fácil convertirse en víctima profesional. Además, las fiestas para celebrar la autocompasión son las más aburridas, improductivas e inútiles que hay. Lo único que se escucha es: “Pobre, pobre de mí” y, tarde o temprano, querrás jalarte los pelos y salir corriendo de ahí.

“Vive un día a la vez con la fortaleza de Dios y te convertirás en algo más grande que un conquistador»”

Ella descubrió que jugar a la víctima la arrastraría hasta el fondo, mucho más debajo del sitio adonde su parálisis la había llevado. Se dio cuenta de que agradecer las bendiciones que tienes y que vendrán es lo que te levanta.

A veces el mejor método para salir de un bache o para sortear un obstáculo, es tratar de mejorar tu existencia o la de otros. Sócrates dijo: “Aquel que quiera mover el mundo, deberá moverse a sí mismo primero”. Cuando parece que la vida no te da tregua, trata de darle tregua a alguien. Cuando algo te golpea y te tira, algo como una pérdida o una tragedia abrumadora, date tiempo para llorar y luego actúa para sacar algo bueno de la tragedia.

Adoptar una actitud de acción te ayuda a crear inercia positiva. Los primeros pasos son los más difíciles, sin duda alguna. Al principio, hasta levantarte de la cama te parecerá imposible, pero en cuanto te hayas levantado, podrás moverte hacia delante y, mientras te mantengas mirando al frente, estarás en el camino que te aleja del pasado y te acerca al futuro.

Adoptar actitudes de acción.

Cuando afrontas tribulaciones, tragedias o Desafíos, en lugar de mirar hacia adentro, mira a tu alrededor. En lugar de sentirte lastimado y buscar compasión, encuentra a alguien que tenga heridas más grandes y ayúdale a curarlas. Tu dolor y tu pena son legítimos, pero sufrir es parte de ser humano y, tratar de conectarse con otros es una forma de sanar al tiempo que ayudas a que otros sanen.

Mientras yo siguiera culpando a otros por mi falta de brazos y piernas, no tendría necesidad de hacerme responsable de mi futuro. Cuando tomé la decisión consciente de perdonar a Dios y a mis doctores, y continuar con mi vida, me sentí mucho mejor física y emocionalmente. Además, sentí que había llegado el momento de responsabilizarme por el resto de mi vida.

La actitud de perdón es lo que me liberó porque, verás, cuando te aferras a antiguas heridas, lo único que logras es concederle poder y control a quienes te lastimaron. En cambio, cuando los perdonas, cortas los vínculos que tienes con esas personas, así ya no formarán parte de tu cadena. 

Tampoco insistas en pensar que les estás haciendo un favor al perdonarlas, en todo caso, hazlo por ti mismo.

Cuando tienes una actitud de perdón, echas a andar todo tipo de energías. Y recuerda que esta actitud también te ayuda a perdonarte a ti mismo.

El miedo es sólo un estado de ánimo, una sensación, ¡no es real!

Usar el miedo como una herramienta motivacional que nos sirva para perseguir nuestros sueños y lograr la vida que queremos.

Necesito hacer más por mí mismo.

Encuentra la energía que generan tu miedo, fracaso, rechazo o sentimientos similares y utilízala para darle impulso a todas esas acciones positivas que te acercan a tu sueño.

AL CAER NO ECHES RAÍCES EN EL SUELO

Algunas de nuestras mayores experiencias, el crecimiento y las recompensas nos llegan como resultado de un cambio de lugar, de empleo, de materia de estudios o de pareja.

Si estás escalando o pensando en tomar un nuevo camino en la vida, el reto es dejar esa tenue sensación de seguridad. Tienes que dejar tu base anterior y aferrarte a la nueva.

No puedes continuar creciendo si no enfrentas cambios; aunque el proceso puede ser muy estresante y doloroso en el aspecto emocional y físico, por lo general, el crecimiento vale la pena.

La construcción de una amistad es como tener una cuenta de ahorros: no puedes esperar sacar algo si no has depositado.

Reconocer que nadie logra tener éxito si no se beneficia de la sabiduría, la gentileza o la mano amiga de otras personas.

Es posible vivir una vida sin límites, pero no se puede vivir una vida que no incluya tener amistades confiables.

Creo que el verdadero secreto del carisma es lograr que cada persona que conoces tenga la sensación de que, cuando hablan contigo, captan tu atención por completo.

No sólo debes enfocarte en tu trabajo y tratar de tener éxito, significa que debes ayudar a otros a realizar su trabajo y apoyarlos para que puedan triunfar. Sintonízate con los demás.

Para alcanzar tus sueños debes ponerte en acción, moverte o morir, actuar o ser manipulado. Si no tienes lo que deseas, tienes que comenzar a considerar crearlo tú mismo.

GENERA TUS PROPIOS LOGROS

Sé sensible, desarrolla estándares altos y criterios estrictos para evaluar la forma en que inviertes tu tiempo y energía. No bases tus elecciones en lo que se siente bien en ese momento, sino en lo que te sirve para alcanzar tus propósitos. Mídelas de acuerdo con tus valores y principios. Yo siempre uso la regla del abuelo Nick: ¿ Van a estar mis nietos orgullosos de esta decisión o pensarán que su abuelito se hizo senil estando aún muy joven?

Si tienes mucho o poco que ofrecer, sólo recuerda que los pequeños actos de gentileza son tan valiosos como las grandes donaciones. Si logras hacer la diferencia para una sola persona, ya con eso habrás logrado algo importante.

Todo aquello que deseas para ti, hazlo por otros. Si los pequeños actos de compasión los conviertes en parte de todos los días, te sentirás más poderoso y te liberarás de tus heridas y desilusiones.

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