domingo, 17 de noviembre de 2019

Javier Cercas; El impostor


El mentiroso no tiene historia o de que es imposible contarla sin mentir.

Hay que ser un genio para engañar durante casi treinta años a todo el mundo, incluidos familia, amigos.

Como sabe cualquier buen mentiroso, una mentira solo triunfa si está amasada con verdades.

Durante la mayor parte de su infancia no consiguió eludir la sensación mortificante de que sobraba en todas partes y de que todo el mundo quería quitárselo de encima.

Los buenos mentirosos no solo trafican con mentiras, sino también con verdades.

Grandes mentiras se fabrican con pequeñas verdades; en «Yo soy Enric Marco» lo dije así: «Como sabe cualquier buen mentiroso, una mentira solo triunfa si está amasada con verdades».

Practicar esa mínima forma de insumisión.

La ficción salva, pero la realidad mata.

¿Fue entonces cuando empezó a mentir sobre su pasado para no conocerse, para no reconocerse, para salvarse en la ficción?

El pasado no se supera o es muy difícil superarlo, que el pasado no pasa nunca. Faulkner.

El kitsch estético es una mentira estética.

Las ficciones proponen una verdad: una verdad huidiza, profunda, ambigua, contradictoria, irónica y elusiva, una verdad no factual sino moral, no concreta sino universal, no histórica o periodística sino literaria o artística; pero muchos niegan que las ficciones sean mentira.

No aceptó ser quien era y tuvo la osadía y la desvergüenza de inventarse a base de mentiras; porque las mentiras están muy mal en la vida, aunque estén muy bien en las novelas. En todas, claro está, salvo en una novela sin ficción o un relato real.

Cuanto más monstruosa es la mentira, más creíble resulta para el común de los mortales.

Tenga cuidado; ya sabe lo que opino de los énfasis: dos «nunca» y un «jamás» equivalen por lo menos a un «siempre».

Su mentira fue una mentira beneficiosa y tan minúscula que apenas es una mentira o merece ser considerada una mentira.

¿Cuándo empecé a decirme que el propósito de todos los libros no es suficiente para este libro y que al final la realidad puede salvar a Marco después de que durante casi toda su vida le salvara la ficción? ¿Estoy intentando salvarme a mí salvando a Marco?

Empeñado en derrotarlo con la verdad

¿Puede un libro reconciliar a un hombre con la realidad y consigo mismo? ¿Puede la literatura salvar a alguien o es tan impotente y tan inútil como todo lo demás y la idea de que un libro pueda salvarnos es ridícula y trasnochada?

Con Enric nunca se puede dejar de pensar. Si dejas de pensar, te jode. Si llegas a una conclusión sobre él, te jode. Si piensas que ya le has entendido y que se ha quitado la máscara, te jode. Enric siempre tiene otra máscara detrás de la máscara. Siempre se escurre. Nosotros creemos que le metemos en nuestras historias, en nuestras películas y en nuestras novelas, pero en realidad es él el que nos mete en su historia, el que hace con nosotros lo que quiere. Enric es un enigma, pero un enigma raro: cuando lo has descifrado, te plantea otro enigma; y cuando descifras ese segundo enigma, te plantea el tercero; y así hasta el infinito.

Tuve el sentimiento de que nuestro hombre se quitaba la máscara y de que la relación entre ambos cambiaba.

Comprendió que lo mejor que podía hacer era tomar el control del discurso para tomar el control del escándalo.

Pero Enric no se arrepiente de nada, ni pide perdón nunca. Simplemente, considera que ahora lo que le conviene es eso. Nada más.

Marco es lo que todos los hombres somos, solo que de una forma exagerada, más grande, más intensa y más visible.

El hombre que miente para esconder lo que le avergüenza.

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