Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.18.
Hablando en broma, se me ocurre pensar que la opción del celibato por el Reino de Dios y la del matrimonio cristiano están, al fin y al cabo, muy próximas, ya que si el célibe elige renunciar a todas las mujeres, el que se casa renuncia igualmente a todas menos a una, de modo que la diferencia numérica no es significativamente aplastante.
Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.23.
Ser libre es también aceptar lo que no se ha elegido.
Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.24.
El acto más elevado y fecundo de la libertad humana reside antes en la aceptación que en el dominio.
Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.24.
Quién desea acceder a una verdadera libertad interior, debe entrenarse en la serena y gozosa aceptación de infinidad de cosas que parecen ir en contra de su libertad.
Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.24.
Las situaciones que nos hacen crecer de verdad son precisamente aquellas que no dominamos.
Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.25.
La mayor ilusión del hombre es la de dominar su vida. Porque la vida es un don que, por su naturaleza escapa a todo intento de ser dominado.
Vien vers le Père, Jean Claude Sagne, Ed.de L`Emmanuel, p.172, en Jacques Philippe; La Libertad Interior, San Pablo, Buenos Aires, 2006, p.25.