jueves, 10 de diciembre de 2020

Claudia Celis; Donde habitan los ángeles



Judith

Los recuerdos domados no lastiman…

 

 

Ramsés

Mire, Panchito —me dijo—, usted debe tener en cuenta que su mamá no es una mujer común y corriente. Ella es extraordinariamente bella, y los que tienen algo de extraordinario no actúan como la generalidad de las personas. Imagínesela viviendo en forma rutinaria, como Reme o como Meche, y verá que esa imagen no le va. Es cierto que su belleza la ha convertido en una persona un poco individualista, con cierta tendencia a un inmoderado amor por sí misma… ¿cómo le explicaré?

 

Ramsés

Hay mucho amor dentro de usted, Panchito, y el amor es lo único que transforma a las almas en excelentes.

 

Primera consulta

Su mayor satisfacción eran nuestros logros.

 

La petición de mano

Quisiera pedir esta pieza a quien, como linda flor, ha venido a perfumar nuestra familia.

 

La petición de mano

El tiempo, Panchito!… El tiempo pone todo en su lugar —aseguró.

 

Alejandra

Le voy a explicar —enterró la pala y se recargó en ella—: Usted ha perdido las ganas de vivir, es decir, lo ha perdido todo, porque la vida es lo único que tenemos y que en verdad nos pertenece. Usted está presente sólo para sufrir y hacemos sufrir a los que lo queremos —me tomó de los hombros—; mire, Panchito: el vivir realmente la vida, el tomar en serio la responsabilidad de vivir, nos exige mucho más que respirar y comer. Es nuestro deber superar los obstáculos y seguir adelante. Comprendo su pena, pero usted no está solo, nos tiene a nosotros que lo queremos tanto… me tiene a mí que lo quiero como a un hijo… Me abrazó y lloramos. Por primera vez di rienda suelta a ese llanto que me oprimía el alma. Después de un rato, ya tranquilos, nos alejamos de allí. Me despedí de Alejandra pensando en no regresar. No tenía para qué; a ella me la llevaba, para siempre, en el corazón.

 

Alejandra

Vivimos momentos terribles que no puedo describir; sólo de recordar mi corazón se desgarra.

 

Alejandra

Yo no pude llorar, pero dejé de vivir.

 

Mi vida

Para escalar —me dijo. —¿Cómo dice? —mi extrañeza aumentaba. —Mire, Pan chito —se puso de pie—, usted necesita, a como dé lugar, salir del abismo en el que ha caído. Sé que no va a ser nada fácil, que le llevará bastante tiempo ponerse en forma y aprender a escalar la empinada montaña de la tristeza, pero, por lo menos, ya tiene su equipo; todo está en que se decida y comience a practicar. Volvió a sentarse, abrió el periódico y siguió leyendo. Pensativo, me senté junto a él. Sentí los rayos del sol calentándome y noté el aroma de las plantas. Fue un reencuentro con la vida. —Lo voy a lograr —le dije.

 

Vuelo envidiable

Sabe? —continuó—, muchos de los que me conocen pensaban que yo tenía las alas cortadas, pero eso no es cierto. Mi hermosa Chabelita nunca me tuvo a la fuerza. Si viví pegado a ella y siempre le fui fiel, fue por amor. Ahora yo quisiera salir volando tras ella, igual que el tal Rorro —su voz se quebró—. Fíjese, Panchito, lo que es la vida; tan sin gracia que siempre me pareció ese perico, y resulta que ahora lo envidio…

 

Extraña despedida

CUESTA trabajo creer que en tan poco tiempo la vida de uno pueda cambiar tanto…

 

 

lunes, 7 de diciembre de 2020

Brittainy C. Cherry; La gravedad que nos atrae



Prólogo

Aborrecía que la libertad fuera su jaula.

 

Prólogo

Hasta las almas más oscuras pueden encontrar cierta luz en tu sonrisa.

 

Prólogo

Yo solo tenía dieciocho años cuando murió y Mari, veinte. En ese momento era como si nos hubieran robado toda la luz y no teníamos ni idea de cómo salir adelante.

 

Prólogo

Mari había olvidado que la historia de amor entre una madre y una hija siempre estaba ahí, incluso con el cambio de estación.

 

Prólogo

Su belleza estaba arraigada en su alma, donde solo residían la luz y la bondad.

 

Capítulo 2

Me fascinaba lo bonitas que podían ser las flores para una ocasión tan triste.

 

Capítulo 2

Saber que hay otras clases de heridas en el mundo me ayudó con mi propio dolor.

 

Capítulo 3

Sin la escritura, mi mundo estaría lleno de pérdidas.

 

Capítulo 3

Echo de menos los recuerdos que nunca existieron…

 

Capítulo 3

Si algo había aprendido de los humanos era que todos mentían.

 

Capítulo 3

Una vez la persona rompía la confianza, una vez la mentira salía a la luz, era como si cualquier cosa que hubiera dicho a lo largo de su vida, cierta o falsa, estuviera parcialmente cubierta de traición.

 

Capítulo 5

Las flores son un buen comienzo —dije—. Las palabras también ayudan. Después, tus acciones serán las que más cuenten.

 

Capítulo 8

La gente que consigue exposiciones en museos no duerme, Lucy. Crea.

 

Capítulo 9

La esperanza era el remedio del hombre débil para los problemas de la vida.

 

Capítulo 10

Solo porque sonrías y actúes con libertad no implica que la jaula no exista. Solo significa que has bajado tus estándares sobre lo lejos que te permites volar.

 

Capítulo 14

Si algo había aprendido de todos mis viajes con mamá era que la familia no se cimentaba en la sangre, sino en el amor.

 

Capítulo 19

En la vida no puedes aceptar solo lo positivo. Tienes que aceptarlo todo.

 

Capítulo 28

Donde sentí lo que era formar parte de algo más grande que yo misma.

 

Capítulo 24

Hoy el mundo es un poco más gris. 

 

 

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...