¿Cómo sería el mundo si nos esforzáramos tanto en ser buenos como nos esforzamos en sentirnos cómodos y hermosos?
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.45.
Es el sinsentido de la vida lo que la torna tediosa.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.48.
La vida no se pierde por la muerte; se pierde minuto a minuto, día a día, en todos los miles de caminitos descuidados.
Vincent Benét en Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.49.
Se aburren porque no aman.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.49.
La mediocridad es el castigo por la pérdida de fe.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.53.
6. Dios no nos da nuevas gracias salvo que hayamos trabajado exhaustivamente sobre lo que ya recibimos.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.54.
El problema fundamental del ateísmo es que inspira el mismo aire que exhala.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.55.
Los animales no cometen suicidio. Es sólo lo eterno lo que puede desesperar a una persona. La desesperación es el extremo absoluto del amor propio.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.61.
Lo que hace triste a nuestra época no es que hayan cesado nuestras alegrías sino nuestras esperanzas. Las esperanzas están rebajadas. La seguridad, más que la felicidad parece ser el objetivo de la vida moderna.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.61.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.45.
Es el sinsentido de la vida lo que la torna tediosa.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.48.
La vida no se pierde por la muerte; se pierde minuto a minuto, día a día, en todos los miles de caminitos descuidados.
Vincent Benét en Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.49.
Se aburren porque no aman.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.49.
La mediocridad es el castigo por la pérdida de fe.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.53.
6. Dios no nos da nuevas gracias salvo que hayamos trabajado exhaustivamente sobre lo que ya recibimos.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.54.
El problema fundamental del ateísmo es que inspira el mismo aire que exhala.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.55.
Los animales no cometen suicidio. Es sólo lo eterno lo que puede desesperar a una persona. La desesperación es el extremo absoluto del amor propio.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.61.
Lo que hace triste a nuestra época no es que hayan cesado nuestras alegrías sino nuestras esperanzas. Las esperanzas están rebajadas. La seguridad, más que la felicidad parece ser el objetivo de la vida moderna.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.61.