sábado, 11 de agosto de 2012

¡Que la gente que esté a tu alrededor lo pase bien!


¡Qué la gente que esté a tu alrededor lo pase bien!
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.108.

Se ha dicho que sólo el que tiene un corazón limpio es capaz de reir de verdad.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.139.

Es poco rezar cuando Dios nos ha dado cabeza, corazón, manos y dinero para que lo pongamos al servicio de los demás.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.173.

A la justicia se puede faltar de dos maneras: por no respetar los derechos del prójimo y por usar mal de los bienes que nos han sido confiados.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.173.

La avaricia es vicio de viejos.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.177.

Las quejas desmoronan la paz de un hogar.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.190.

¡Cuánto milagro de la gracia pasa inadvertido a los ojos abiertos de los hombres!
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.191.

El amor es la única moneda que cuenta allá arriba y aquí abajo.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.326.

Madres ponerse guapas es amor.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.329.


miércoles, 8 de agosto de 2012

Sólo los humildes son capaces de hacer cosas grandes


Sólo los humildes son capaces de hacer cosas grandes.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.30.

Entra en tu corazón y barre.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.41.

Què pronto nos olvidamos de las atenciones que Dios tiene con nosotros. ¡Què desmemoriados somos con sus favores! Los gritos de júbilo que proferimos por un milagro un día de sol, los arrinconamos al día siguiente con las primeras nubes.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.43 .

Ignoramos lo que puede resultar para nosotros, para los que nos rodean, para el mismo mundo, para el mismo Dios, de un día en el que hayamos puesto todo nuestro talento – cabeza y corazón- en hacer bien, con fervor, lo que Dios nos pide.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.47.

Se hace y se rehace la vida cuantas veces sea preciso. Todo menos pararse.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.49.

Un mismo dolor, a unos destroza a otros los santifica.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.57.

Todos los hombres estamos unidos con parentesco espiritual. Las deslealtades de unos perjudican a muchos. La santidad de otros benefician a todos.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.64.

Vivió mucho en poco tiempo.
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.68.

¿Y si yo te dijera que todos los días nos llega una alegría envuelta en un pequeño contratiempo?
Jesús Urteaga; Cartas a los hombres (1975),  Rialp, 3 edición, 1977, Madrid, p.100.

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...