Nicolas Barreau
La Sonrisa de las mujeres
Las personas a las que se quiere siempre mueren demasiado pronto, ¿verdad?, independientemente de la edad que tengan.1
La Sonrisa de las mujeres
Las personas a las que se quiere siempre mueren demasiado pronto, ¿verdad?, independientemente de la edad que tengan.1
Los años
no significan nada. Sólo importa lo que ocurre en ellos. 1
Tenía
una relación patológica con su teléfono móvil. 1
El dolor
le hace a uno filósofo. 1
Siempre
endereza con un par de frases las cosas que yo considero complicadas y las hace
fáciles. 1
Conozco
a esos tipos Egocéntricos, no miran a los ojos. 1
Notaba
tal presión en el corazón que podía sentir su peso. 1
Yo no
leo cuando estoy triste; yo planto flores. 1
Algo
mágico y delicado como todo lo bello. 1
No podía
imaginar que ese paso iba a cambiar mi vida para siempre. 1
Busco
una persona que me quiera de verdad, contesté para mis adentros. Huyo de un
policía que piensa que quiero saltar por un puente y estoy haciendo como si
quisiera comprar un libro. Tengo treinta y dos años y he perdido el paraguas.
Me gustaría que por fin me ocurriera algo bonito. 1
La
historia que quisiera contar comienza con una sonrisa. Y acaba en un pequeño
restaurante con el sugerente nombre Le Temps des Cerises, que se encuentra en
Saint-Germain-des-Prés, allí donde late el corazón de París. 1
Aquélla
sería la segunda noche en la que apenas dormí. Pero esta vez no fue un amante
infiel lo que me robó el sueño, sino —quién iba a pensarlo de una mujer que era
todo menos una apasionada de la lectura— ¡un libro! Un libro que me atrapó
desde las primeras frases. Un libro que a ratos era triste y a ratos tan cómico
que me hacía reír a carcajadas. Un libro que era delicioso y misterioso a la
vez, pues, por muchas novelas que se lean, pocas veces va una a dar con una
historia de amor en la que juega un papel importante su propio restaurante y en
la que se describe a la protagonista de un modo que una cree estar mirándose en
el espejo… ¡en un día que es muy, muy feliz y todo sale bien! 1
Era como
si quisiera retrasar el momento en que todo iba a empezar. 1
Cerré el
libro. Eran las seis de la mañana y volvía a pensar que el amor era posible.
Había leído 320 páginas y no estaba ni siquiera un poco cansada. Esa novela era
como un viaje sumamente estimulante a otro mundo… aunque ese mundo me resultaba
extrañamente conocido. Si un inglés podía describir con tanto detalle un restaurante
que, a diferencia de otros como La Coupole o la Brasserie Lipp, no aparecía en
todas las guías, era porque había estado en él alguna vez. Y cuando la
protagonista de una novela se parece tanto a una misma, hasta en ese delicado
vestido de seda verde oscuro que cuelga en su armario y el collar de perlas con
el grueso camafeo ovalado que le han regalado al cumplir dieciocho años, o bien
es una increíble casualidad o es que ese hombre ha visto alguna vez a esa
mujer. Pero si esa mujer encuentra precisamente ese libro entre cientos de
libros en una librería en uno de los días más desgraciados de su vida, entonces
eso ya no era ninguna casualidad. 1
Quería
conocer a ese escritor que no sólo me había devuelto las ganas de vivir en una de
las horas más oscuras de mi vida, sino que además parecía estar relacionado
conmigo de alguna enigmática forma. Le escribiría. Le daría las gracias. Y
luego le invitaría a una encantadora velada en mi restaurante y averiguaría qué
significaba aquella novela.
Un libro
bueno es bueno en todas sus páginas. 2
Mi
teoría es que se puede dividir en tres grandes grupos a las personas que
escriben novelas y nos cuentan algo. Unos escriben siempre sobre sí mismos… y
algunos de ellos se cuentan entre los grandes de la literatura. Otros tienen un
talento envidiable para inventar historias. Van en el tren, miran por la
ventanilla y, de pronto, tienen una idea. Y luego están aquellos que, por así
decirlo, son los impresionistas de los escritores. Su talento consiste en
encontrar historias. 2
No risk,
no fun. 4
Van por
el mundo con los ojos bien abiertos y captan situaciones, ambientes y pequeñas
escenas como si cogieran cerezas de los árboles. 4
Un gesto,
una sonrisa, el modo en que alguien se pasa la mano por el pelo o se ata los
cordones de los zapatos. Instantáneas tras las que se esconden historias.
Imágenes que se convierten en historias. 4
Al fin y
al cabo he escrito una pequeña novela! Pero si lo hiciera, me incluiría sin
duda en esta tercera categoría. Yo soy una de esas personas que encuentran las
historias. 4
Fue esa
sonrisa la que me cautivó y me llenó de alegría a pesar de que no iba dirigida
a mí. 4
Y ahora,
de pronto, estaba delante de mí y yo me preguntaba muy seriamente si era
posible que la protagonista de una novela fuera una persona de carne y hueso. 4
No
siempre había que buscar lejos, a veces se encuentra muy cerca lo que se está
buscando. 6
Claude
me había engañado, pero a lo mejor yo también me había dejado engañar. Jamás le
pregunté nada. A veces se vive mejor con la mentira que con la verdad. 7
No tenía
sentido exigir justicia en asuntos del corazón. 7
El amor
era lo que era. Ni más, ni menos. 7
Al final
cada uno es lo que era siempre. 7
A veces
hay que darle un empujoncito a la suerte en la dirección adecuada. 12
Y eso
tan maravilloso no es algo que se pueda poseer o retener, no pertenece a uno,
pero está siempre ahí como algo que se recibe como un regalo. 13
las
Navidades despiertan, se quiera o no, ese deseo eterno de lo maravilloso. 13
Y pensé
que todo hombre encuentra alguna vez en su vida una mujer por la que no le
importa dejarse domar. 14
No hubo
un solo momento en toda la noche en que nos soltáramos el uno al otro. Todo
eran caricias, todo quería ser descubierto. ¿Hubo alguna parte de nuestros
cuerpos que fuera olvidada, que no fuera cubierta de ternura, que no fuera
conquistada con emoción? Creo que no. 15
Una hora
antes había sido la persona más feliz de París, una hora antes pensaba que
estaba en el comienzo de algo maravilloso… y ahora todo había tomado un giro
desastroso. 15
La pena
es un sitio donde llueve y llueve y nunca crece nada. 15
Todas
mis lágrimas no iban a hacer que todo aquel asunto no hubiera sucedido. 15
Mi
corazón había sufrido un atentado. 15
¿Sabe,
André? Yo siempre he sobrevivido a los malos momentos con tres frases: je ne
vois pas la raison, je ne regrette rien y la última, pero no menos importante,
je m'en fous. —Sonrió—. Aunque me temo que en su caso no le van a servir de
ayuda ni Voltaire, ni Edith Piaf, ni la picardía. En su caso, mi querido amigo,
sólo le ayudará una cosa: la verdad. Toda la verdad. —Se puso de pie y se
acercó a mi mesa—. Siga mi consejo y escriba toda esta historia tal y como me
la ha contado a mí… Desde la primera vez que miró por la ventana de ese
restaurante hasta nuestra conversación de hoy. Y luego haga llegar el
manuscrito a Aurélie diciéndole en una nota que su autor favorito ha escrito
una nueva novela y le gustaría que ella fuera la primera en leerla. 16
Escriba
en el corazón de esa mujer. 16
Hay
autores que tardan días en escribir la primera frase de su novela. La primera
frase tiene que ser perfecta; el resto, por así decirlo, sale luego por sí
solo. Creo que incluso hay estudios sobre los comienzos de las novelas, pues la
primera frase con la que empieza un libro es como la primera mirada entre dos
personas que no se conocen. Luego hay escritores que no pueden empezar una
novela sin saber cómo es la última frase. Se dice que John Irving, por ejemplo,
empezaba a idear sus libros desde el último capítulo hasta el primero, y luego
se ponía a escribir. Yo, en cambio, escribo esta historia sin saber cómo va a
terminar, sin poder influir lo más mínimo en su desenlace. La verdad es que
esta historia todavía no tiene final. La última frase la tiene que escribir una
mujer. 17
Me
desperté con la sensación de que había hecho todo lo que podía hacer. Ya sólo
me quedaba esperar. 17
Escribir
las últimas líneas de una novela significa siempre despedirse de los
protagonistas que le han acompañado a uno durante mucho tiempo. Y aunque sean,
en mayor o menor medida, inventados, están muy cerca del corazón del autor. Epílogo
Menu
d'amour de Aurélie (para dos personas)
Canónigos
con aguacate, champiñones y nueces de macadamia con vinagreta de patata
Ingredientes:
100 gramos de canónigos. 1 aguacate. 100 gramos de champiñones pequeños. 1 cebolla
roja. 1 patata grande. 10 nueces de macadamia. 60 gramos de beicon troceado.
2-3 cucharadas de vinagre de manzana. 100 mililitros de caldo de verduras. 1
cucharada de miel líquida. 3 cucharaditas de aceite de oliva. Un poco de
mantequilla. Sal. Pimienta.
Lavar y
secar los canónigos. Lavar los champiñones y cortarlos en láminas. Pelar el
aguacate y cortarlo en láminas. Tostar las nueces de macadamia con un poco de
mantequilla en una sartén hasta que estén doradas. Partir las cebollas por la
mitad y cortar en láminas muy finas. Cocer la patata con piel.
Dorar
las tiritas de beicon en una sartén hasta que estén crujientes. Calentar el
caldo de verduras y añadir el vinagre, la sal, la pimienta, una cucharada de
miel y aceite. Pelar la patata, echarla en el caldo y deshacerla con un
tenedor. Mezclar todo bien con un batidor hasta que no queden grumos.
Poner en
los platos los canónigos con los champiñones, el aguacate, la cebolla y las
nueces. Esparcir el beicon por encima y regar con la salsa tibia. Servir
enseguida.
Menu
d'amour de Aurélie (para dos personas)
Ragú de
cordero con granada y patatas gratinadas
Ingredientes:
400 gramos de carne de pierna de cordero. 2 zanahorias. 2 tallos de apio. 1
cebolla roja. 200 gramos de tomates. 1 berenjena grande. 2 granadas. 2 dientes
de ajo. 3 cucharadas de mantequilla. 1 manojo de tomillo fresco. 1 cucharada de
harina. 1/2 litro de vino blanco seco. 400 gramos de patatas pequeñas. 2 huevos.
1/2 litro de nata.
Primero
se retira la grasa a la carne de cordero y se corta ésta en dados. Luego se
pelan las zanahorias y se lavan los tallos de apio y la berenjena. Cortar todo
en dados. Pelar la cebolla y los ajos y picarlos muy finos. Partir las granadas
por la mitad, extraer los granos y reservar. Escaldar los tomates en agua
hirviendo, refrescarlos y pelarlos. Quitar las semillas y cortarlos en dados.
Rehogar
las verduras (excepto el tomate y la granada) en una sartén con mantequilla.
Aderezar con sal, pimienta y tomillo.
Dorar la
carne de cordero en una cacerola con aceite, sazonar con sal y pimienta.
Espolvorear la harina por encima, remover todo bien y regar con el vino blanco.
Añadir las verduras, incluidos los tomates, e introducir tapado en el horno
durante unas 2 horas a baja temperatura (150). Añadir más vino si es necesario.
Los granos de la granada se añaden al final.
Mientras
se hace el cordero, lavar las patatas, pelarlas y cortarlas en láminas muy
finas.
Untar
con mantequilla una fuente de horno, colocar las láminas de patata en círculos
y sazonar con sal y pimienta. Batir la nata con los huevos, sazonar, verter
sobre las patatas y distribuir por encima unos trocitos de mantequilla.
Gratinar unos 40 minutos a 180 grados.
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d'amour de Aurélie (para dos personas)
Gâteau
au chocolat con parfait de naranja sanguina
Ingredientes:
100 gramos de chocolate amargo (mínimo 70 por ciento de cacao). 2 huevos. 35
gramos de mantequilla salada. 35 gramos de azúcar moreno. 100 gramos de harina.
1 paquete de azúcar vainillado. 4 trozos extra de chocolate.
Fundir
al baño María el chocolate con la mantequilla. Batir los huevos hasta que estén
espumosos y añadir el azúcar. Agregar el azúcar vainillado. Añadir la harina y
el chocolate fundido y mezclar con cuidado.
Untar
dos moldes pequeños con mantequilla y espolvorear con harina. Llenar los moldes
hasta la tercera parte, poner encima de la masa dos trocitos de chocolate en
cada molde y añadir el resto de la masa. Cocer durante 8-10 minutos en el horno
precalentado a 220 grados. Los gâteaux au chocolat deben estar hechos sólo por
fuera y el interior debe quedar fundido. Se espolvorean con azúcar glas y se
sirven templados. Se acompañan con el parfait.
Parfait
de naranja sanguina
Ingredientes:
3 naranjas sanguinas. 2 yemas de huevo. 100 gramos de azúcar glas. 2 paquetes
de azúcar vainillado. 1/2 litro de nata de monta.
Montar
con la batidora las yemas con el azúcar, una pizca de sal y 3 cucharadas
soperas de agua caliente hasta que la masa sea consistente. Añadir el zumo de 2
naranjas. Montar la nata con el azúcar vainillado e incorporar con cuidado la
crema.
Poner en
un molde y dejar enfriar durante toda la noche.
Servir
con el gateaux au chocolat y decorar con rodajas de naranja.
Curry
d'agneau de La Coupole (receta de 1927)
Ingredientes
(para 6 personas):
3,5
kilos de carne de cordero (pierna o espaldilla). 10 centilitros de aceite de
girasol. 3 manzanas golden (Aurélie pone 5 manzanas). 1 plátano (Aurélie pone 4
plátanos). 3 cucharaditas de curry en polvo (Aurélie recomienda curry en polvo
indio y aconseja probar si 3 cucharaditas son suficientes). 1 cucharadita de
pimentón dulce 30 gramos de coco rallado (y además un cuenco lleno que se sirve
en la mesa). 3 dientes de ajo picados 250 gramos de cebolla picada (se puede
poner tranquilamente el doble de cebolla, aconseja Aurélie, así resulta el
guiso más jugoso). Una cucharada de sal marina gorda 20 gramos de harina. 50
centilitros de fondo de cordero. 200 gramos de tomate. 50 gramos de perejil
(mejor fresco). 500 gramos de arroz basmati. 50 gramos de mantequilla .1
ramillete de hierbas aromáticas. Chutney de mango, guindillas, relish de frutas
y verduras.
Rehogar
ligeramente la carne durante cinco minutos, añadir una manzana y un plátano
troceados. A continuación, la cebolla y el ajo picados.
Cocinar
otros cinco minutos, añadir luego el curry en polvo, el pimentón y el coco
rallado. Remover bien y espolvorear por encima la harina. Cubrir con agua o
fondo de cordero.
Añadir
el ramillete de hierbas aromáticas y la sal, dejar cocer a fuego lento entre
una hora y hora y media, hasta que la carne esté en su punto.
Sacar la
carne y batir la salsa (este último paso se puede suprimir si se desea degustar
los pequeños trozos de los ingredientes). Volver a poner la carne en la salsa y
cocinar otros 30 minutos. Servir como acompañamiento el arroz con manzana
rehogada en mantequilla, tomate en dados y perejil. Acompañar con pequeños
cuencos de chutney de mango, guindillas y relish.