Vosotros, padres y amigos, los que ayudéis a muchos hijos a ganarse el cielo, brillaréis eternamente como estrellas.
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.13.
No ensuciéis la vida, con vuestros “ojalás”.
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.62.
¡Puede tanto un hogar!
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.71.
A fuerza de hablar y hablar de cosas de poca importancia, nos olvidamos de las trascendentales.
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.79.
Enseña a tus hijos que no hagan nunca daño a nadie.
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.104.
A veces me pregunto si será preciso organizar una ”sociedad protectora de hombres”.
Jesús Urteaga; Dios y Los Hijos (1960), 22ªEdición(2003), Rialp, S.A.,Madrid,p.107.
"Porque tengo unos Angeles en la tierra que me eligen unos libros", es que puedo asomarme a la sabiduría de otros. Una recopilación de las mejores frases o citas de los libros que he leído.
viernes, 13 de julio de 2007
martes, 10 de julio de 2007
Mercedes Eguibar Galarza / ¿Porqué se Amotinan las Gentes?
La vida interior consiste en que contemos en todo momento con el señor.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.293.
Es indudable que cuando dejamos que Dios forme parte de nuestra vida nos enriquecemos, porque la paz, la alegría y la inquietud de querer dar más se exteriorizan.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.294.
Los actos, los movimientos, las expesiones, incluso el ritmo que damos al trabajo, va impregnado de esa paz o de esa trizteza interior. Y es indudable que los demás se acercan a nosotros cuando advierten esa paz, que algunos no sabrán que es Dios hasta que se lo hagamos ver.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.294.
No somos caminantes solitarios que en su soledad intentan amar, sino todo lo contrario: deseamos aprovechar todas las circunstancias para demostrar que Cristo vive en nosotros y que los demás deben participar de esta vida.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.295.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.293.
Es indudable que cuando dejamos que Dios forme parte de nuestra vida nos enriquecemos, porque la paz, la alegría y la inquietud de querer dar más se exteriorizan.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.294.
Los actos, los movimientos, las expesiones, incluso el ritmo que damos al trabajo, va impregnado de esa paz o de esa trizteza interior. Y es indudable que los demás se acercan a nosotros cuando advierten esa paz, que algunos no sabrán que es Dios hasta que se lo hagamos ver.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.294.
No somos caminantes solitarios que en su soledad intentan amar, sino todo lo contrario: deseamos aprovechar todas las circunstancias para demostrar que Cristo vive en nosotros y que los demás deben participar de esta vida.
Mercedes Eguibar Galarza; ¿Porqué se Amotinan las Gentes? (Salmo II), Segunda Edición, Rialp, Madrid, 1972, p.295.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Mercedes Salisachs; El secreto de las flores
1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...
-
El año nuevo nos traerá, en proporciones desconocidas, alegrías y contrariedades. Un año bueno, es aquel en el que unas y otras nos han ser...
-
Prólogo Nuestra alma a la vez niña y anciana, ya antigua y aún por venir. Prólogo Amada y amante Prólogo Esta diez cartas que comenzó cu...
-
1 Uno es en el juego lo que es en la vida: una extensión de sus propias dudas, de su osadía, de los rasgos personales que le caracterizan. ...
-
Dedico este libro a un amigo mío, cuyo nombre callo. No está presente en ninguno de estos escritos, y, sin embargo, en la mayoría de ell...