Desde la indiferencia no se puede cultivar la voluntad.
Enrique Rojas en Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.74.
La propia imagen tiene un efecto decisivo en la propia energía interior.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.81.
Los optimistas tienden a considerar que sus fracasos se deben a algo que puede cambiarse, y gracias a eso es más fácil que a la siguiente ocasión les salgan mejor las cosas.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.83.
Una de las claves de una buena educación sentimental es aprender a asumir el fracaso.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.90.
Tal vez no hay habilidad psicológica más decisiva que la capacidad de resistir el impulso.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.98.
El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.101.
En ese espacio entre sentimiento y acción está la libertad personal.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.148.
La verdadera satisfacción es inseparable de ser personas diligentes.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.159.
Hay sentimientos que disminuyen nuestra libertad y sentimientos que la refuerzan.
Alfonso Aguiló; Educar los sentimientos; 5ª edición, Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2005, p.166.