Amarse
con los ojos abiertos
Jorge
Bucay & Silvia Salinas
Cuando
empiezan las críticas y las descalificaciones y empezamos a cultivar el
desamor, el espejo nos muestra lo peor de nosotros, justamente aquello con lo
que nos peleamos y por lo que nos odiamos a nosotros mismos y al espejo.
Prólogo.
El amor
se construye entre dos y basta uno que juegue en contra para que lo conseguido
se destruya. Prólogo
Es muy
diferente encarar los conflictos que surgen en una relación con la actitud de
revisar «qué me pasa a mí», que enfrentarlos con enojo pensando que el problema
es que estoy con la persona inadecuada. Libro primero, Cap.1.
«… Y
cuando el Señor X se da cuenta de que su pareja no se corresponde con ese
modelo romántico ideal y novelesco, insiste en decirse que otros SI tienen esa
relación idílica que él está buscando, solo que él tuvo mala suerte… porque se
casó con la persona inadecuada…» ¡¡¡¡¡¡NO!!!!!! No es así. No se casó con la
persona inadecuada. Lo único inadecuado es su idea previa sobre el matrimonio,
la idea de la pareja perfecta. En cierto modo, me serena saber que esto que no
tengo, no lo tiene nadie, que la pareja ideal es una idea de ficción y que la
realidad es muy diferente. Libro primero, Cap.1.
La realidad
mejora notoriamente cuando me decido a disfrutar lo posible en lugar de sufrir
porque una ilusión o una fantasía no se dan. Libro primero, Cap.1
Dejar de
lado la fantasía de la pareja ideal. Libro primero, Cap.1.
Pensar la
pareja desde otro lugar, desde el lugar de lo posible y no de lo ideal. Libro
primero, Cap.1
La
relación suma. Por eso vale la pena. Vale… la PENA (es decir, vale penar por
ella). Vale el sufrimiento que genera. Vale el dolor con el que tendremos que
enfrentarnos. Y todo eso es valioso porque cuando lo atravesamos, ya no somos
los mismos, hemos crecido, somos más conscientes, nos sentimos más plenos. Libro
primero, Cap.1.
La
propuesta es resolver mi propia vida sin esperar que nadie lo haga por mi. La
propuesta es, también, no intentar resolverle la vida al otro. Encontrar a otro
para poder hacer un proyecto juntos, para pasarla bien, para crecer, para
divertirnos, pero no para que me resuelva la vida. Libro primero, Cap.1
Y cuando
me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir,
seguramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo
y lo que él tiene. Libro primero, Cap.1.
El
sentido de la pareja: no la salvación, sino el encuentro. Libro primero, Cap.1.
Tenés
razón, no lo había pensado. Esa frase fue la llave que abrió una puerta
interior en Cristina. Libro primero, Cap.2.
Por qué
me irrita tanto estar esperándola. Por qué me irrita tanto esperar. También me
molesta esperar al cliente que no llama… y la respuesta de un mensaje… y a que
me atiendan en un bar… y a que se encienda la computadora. Me molesta esperar…
—y siguió— ¿qué me pasa que me molesta esperar?». Libro primero, Cap.2.
Perdiendo
el tiempo… —se dijo—. ¿Cómo se puede perder lo que no se posee? ¿Cómo se puede
conservar lo que no es posible retener?». Libro primero, Cap.2.
La mirada
de otro me muestra lo que mis ojos no pueden ver. Así como sucede en la
realidad física, la precisión de lo reflejado depende de la calidad del espejo
y de la distancia desde donde me mire. Libro primero, Cap.2
El mejor,
el más preciso y cruel de los espejos, es la relación de pareja: único vínculo
donde podrían reflejarse de cerca mis peores y mis mejores aspectos. Libro
primero, Cap.2.
Si te
muestro permanentemente tus errores, si vivo para mostrarte cómo deberías haber
actuado, si me ocupo de señalarte la forma en que se hacen las cosas, quizás
consiga (quizás), que te sientas un idiota, o peor, que te vayas de mi lado, o
peor aún, que te quedes para aborrecerme. Libro primero, Cap.2.
Si en
verdad quiero ser escuchado, entonces debo aprender a hablarte de mí, de lo que
yo necesito, y en todo caso, de lo que a mí me pasa con las actitudes que vos
tenés. Esta sola modificación hará probablemente que te resulte mucho más fácil
escucharme. Gran parte del trabajo en la terapia de pareja consiste en ayudar a
cada uno a estar siempre conectado con lo que le está pasando y no con hablar
del otro. Libro primero, Cap.2
Cada vez
que el vínculo entra en conflicto, cada uno comienza a interpretar al otro, a
decirle lo que tiene que hacer, a responsabilizarlo de lo indeseable. Es norma
que este esfuerzo culpógeno, la mayoría de las veces, no sirve para nada, y las
demás veces…, termina por arruinar todo. Libro primero, Cap.2
El que
trae la queja de la situación sea capaz de contestarse a la pregunta: ¿Qué hago
yo para que la situación se dé como se está dando?. Libro primero, Cap.2.
No
esperar ni desear una vida donde no haya conflictos, sino verlos como una
oportunidad para desarrollarse. Aprender a aprovechar cada dificultad que
encontramos en el camino para ahondarla más, para conectarnos con más
profundidad no solo con nuestra pareja sino también con nuestra propia
condición de estar vivos. Libro primero, Cap.2
De manera
que siempre mi pregunta es: ¿por qué me irrita esto del otro?, ¿qué tiene que
ver conmigo? Aprovechar los conflictos para el crecimiento personal, de eso se
trata. En lugar de utilizar mi energía para cambiar al otro, utilizarla para
observar qué hay de mí en eso que me molesta. Libro primero, Cap.2.
Utilizar
los conflictos para ver qué me pasa a mí. Libro primero, Cap.2.
Creo que
estar enamorado y amar son estados que van y vienen en una relación. En el
inicio por lo general hay un período de pasión, donde se mezcla mucho lo que yo
imagino, lo que proyecto en esa persona. Entonces coloco en ese ser humano que
tengo enfrente mi hombre o mi mujer ideal. El enamoramiento es más una relación
mía conmigo mismo, aunque elija a determinada persona para proyectar lo mío. Y
entonces podríamos preguntarnos: ¿Por qué elijo a esa persona? ¿Qué pasa
cuando, después de un tiempo, el otro se empieza a mostrar como es y eso no
coincide con mi ideal? Allí comienzan los conflictos. Él no es como yo había
creído. La disyuntiva que aquí se plantea es ver si puedo amar a este que veo o
si me quedo pegada a mi hombre ideal. Es en la resolución de este dilema que
puede empezar el amor, cuando lo veo y me doy cuenta de que lo amo así como es.
Incluso puedo llegar a amar las cosas de él que no me gustan, porque son de él
y lo acepto como es. Creo que las relaciones pasan por momentos de
enamoramiento, momentos de amor, momentos de odio. Libro primero, Cap.3.
Así se
cuida y se construye el vínculo. El recurso es siempre el mismo: conciencia,
centrarnos. Solo si estoy dentro de mí puedo manejar situaciones difíciles.
Mucha gente vive arrancada de sí misma, sacada —como se dice ahora—, conectada
solo con lo que piensa y sin idea de lo que realmente siente. Así es muy
difícil entregarse al amor. Para amar es imprescindible animarse a mirar hacia
adentro. Así, sin necesidad de que haya conflicto puedo mirarme, estar
conectada y ser yo misma. Si no me muestro, nadie puede amarme. En todo caso
amarán mi disfraz, como vos decís, y eso no me sirve. Libro primero, Cap.3.
«Enamorarme
es decirte cuánto simpatizo contigo por sostener tan graciosamente el espejo en
el que me contemplo para darme cuenta de mi amor por mí». «Pero ocurre que, a
medida que el tiempo transcurre y la relación va pasando por diferentes
vicisitudes, el supuesto espejo va dejando de ser un espejo y parece optar por
un natural deseo de recuperar su propia identidad. Al comienzo era tal el deseo
de sentirse amado y admirado, que a él casi no le importaba demasiado que lo
tomaran por otro. Puesto que de eso se trata. Tenemos tal necesidad de amor que
durante algún tiempo lo disfrutamos, también tramposamente». Y es verdad que es
una trampa, como Mauricio Abadi dice, porque en realidad esa pasión enamorada
no es para vos sino para ese aspecto proyectado del otro. Quizás deberías
rechazar el halago de la carta donde te confiesan su amor incondicional y ciego
y saber leer en el sobre el nombre del destinatario que no es el tuyo. Pero
¿quién podría? De todas maneras, hagamos lo que hagamos, en unos instantes o en
pocas semanas (cinco minutos a tres meses, como vos decís), el otro nos irá
mostrando su realidad que no podrá ocultar. Libro primero, Cap.3.
Es como
despertar de un sueño. Aparecerá poco a poco una persona asombrosamente
diferente de aquella con la que creíamos habernos unido. Es gracioso escuchar a
los que abandonan su estado pasional y creen que el otro ha cambiado, que ya no
es el mismo, cuando en realidad solo han cambiado los ojos con los que miran.
Uno descubre las diferencias y estas desembocan en confrontación. Cuando él se
te parecía tanto, era muy difícil discutir, pero también era complicado
reconocer su verdadera existencia. Libro primero, Cap.3.
Recién
ahora, uno puede descubrirse acompañado. Hay que buscar las diferencias e
intentar unirse a través de ellas. No como antes, que nos unían solo las
semejanzas. Adoro esa frase que te escuché una vez en un reportaje: Enamorarse
es amar las coincidencias, y amar, enamorarse de las diferencias.
El
enamoramiento no es un sentimiento compartido porque no existe aún el sujeto
con quien compartir. El enamoramiento es una locura gratuita y casi inevitable,
técnicamente un cuadro de confusión delirante con exaltación maníaca. El amor,
en cambio, es un producto cuerdo y costoso. Es más duradero y menos turbulento,
pero hay que trabajar duro para sostenerlo. Libro primero, Cap.3.
Tengo yo
que adivinar qué es lo que vos necesitás para darte cuenta de que sos
importante para mí? Libro primero, Cap.4.
Recordó,
de pronto, el cuento de la tristeza y la furia. La tristeza, que se disfraza de
furia cuando no quiere quedar al desnudo. Para eso estaba allí su enojo: tapaba
la tristeza, escondía el dolor, disimulaba su impotencia. Sintió cómo sus ojos
se llenaban de lágrimas, y luego, cómo desde allí alguna que otra rodaba por
sus mejillas muy despacio. Libro primero, Cap.4
los
problemas de pareja son problemas personales que se expresan en la relación. Y
estos problemas solo emergen en el vínculo amoroso, dado que estando con otro
salen a la luz aspectos de uno que estaban en la sombra. Libro primero, Cap.4
Es la
conflictiva personal de cada uno de ellos que está interfiriendo en la relación.
Libro primero, Cap.4
Si te
molesta esta situación, ¿qué cuestión personal se refleja en el conflicto? El
tema básico está plasmado en la frase de Hugh Pratter: «Una piedra nunca te
irrita a menos que esté en tu camino». Libro primero, Cap.4.
Dice Jung
con el tema de la sombra. Proyecto mi sombra en mi compañero y al verla en él,
la descubro. A partir de allí tengo dos posibilidades: Intentar destruir la
temida amenaza destruyéndolo a él o aceptar la oportunidad de integrarme con mi
sombra y terminar para siempre con su amenaza. Libro primero, Cap.4.
Sin duda
esto cambia sustancialmente la óptica y la comprensión de los problemas de
pareja. Dejo de culpar al otro por lo que hace y empiezo a ver qué estoy
poniendo yo en este particular conflicto. En vez de utilizar mi energía para
cambiar al otro, la utilizo para observarme. Y a partir de allí hablar de mí,
de lo que yo necesito, de lo que a mí me pasa con las actitudes que él tiene.
Esto es mucho más fácil de escuchar para otro. Libro primero, Cap.4
Por
ejemplo, puedo hacer un escándalo porque llegaste tarde. Así, la discusión se
centra en esa pelea aparente. Pero no se trata de eso, sino de ver qué es lo
que te estoy pidiendo a través de la puntualidad. Si me vuelvo loca porque
llegás tarde, quizás lo que necesite no se resuelva con que llegues temprano.
Habría que ver qué me afecta tanto, qué interpretación hago de tu llegada tarde,
qué es lo que necesito de vos, qué te estoy pidiendo a través del reclamo de
puntualidad… ¿Que me demuestres que te importo?, ¿que me valores?, ¿que me
consideres? ¿De qué estoy hablando cuando reaciono?. Libro primero, Cap.4
Desafortunadamente,
cuando estamos en una relación, los enojos y dolores no resueltos en el pasado
los actuamos en el presente con el otro a través de nuestras reacciones. Por lo
general, estos viejos dolores no aparecen hasta que nos ponemos en pareja. El
noviazgo y el matrimonio disparan estas viejas heridas y suponemos que es
nuestro compañero el que las causa. Libro primero, Cap.4
En muchos
casos de separación el problema no se encuentra en la relación de uno con el
otro, sino en asuntos no resueltos de uno de ellos (o de los dos) con su propio
pasado. Mi reacción genera tu reacción, y así nos vamos potenciando
negativamente. Cuando acarreamos a nuestros niños heridos tenemos la sensación
de no estar nunca en el presente, siempre estamos reaccionando por cosas que
nos pasaron hace muchos años. Esto imposibilita la relación con el otro. Hasta
que no me ocupe de este niño herido él seguirá reaccionando y empeorando mis
relaciones íntimas. Y el único que puede escucharlo soy yo mismo, cuando me
ocupo de su tristeza, de su enojo. Entonces el niño no va a reaccionar, porque
está contenido. Libro primero, Cap.4
La
expresión popular sobre cosas que escapan de control: «no tiene nombre» («lo
que le pasó no tiene nombre», dice la gente queriendo significar que cualquier
definición es insuficiente). Libro primero, Cap.5.
Darse
cuenta de que estaba enamorado de otra mujer. Desde ese momento se debate en el
dilema de irse a vivir con su amante o quedarse con su mujer y su hijo. Y ayer
me decía una cosa muy interesante: que se daba cuenta de que lo que más lo
apasionaba con su amante era la cualidad que ella tiene de impredecible, que él
nunca sabe dónde está. Pensábamos juntos en esta paradoja, en que la cualidad
de la pasión está muy relacionada con esta posibilidad de que el otro no esté,
la sorpresa, lo fuera de programa. Si esto se convierte en una relación
convencional, la pasión cae por definición. Qué absurdo querer juntar la pasión
con el matrimonio. ¿Cómo elegir entre la familia y la pasión? Es imposible,
sobre todo porque si elige la pasión y se va con su amante, esta pronto caerá
en las garras de lo formal. El disfruta de su familia, de volver a su casa y
estar con su mujer y su hijo. La cuestión acá se agrava porque él no solo no
tiene pasión con su mujer, sino que ni siquiera le gusta estar con ella, no se
divierte fuera de la casa con ella, no le interesa viajar con ella. Yo creo que
él guarda mucho resentimiento que nunca expresó. Libro primero, Cap.5.
Creo que
muchas veces toda la terapia consiste en que el paciente se dé cuenta de que
las cosas pasan como pasan y no como él decide. Libro primero, Cap.5.
Me
encanta escribirte, pero tu silencio es muy doloroso. Yo sé que escribo por el
placer de escribir, sé que necesito hacerlo, me alegra, me hace bien, me
conecta conmigo. Pero también necesito respuestas. Sé que leés lo que escribo,
te visualizo abriendo tu computadora, esperando mis archivos, y sé que no podés
escribir ahora. La escritura es algo que se nos aparece, que se nos impone, no
la podemos forzar. Pensé mucho en esto que converso tanto con mis pacientes,
sobre aceptar el ritmo del otro. Y por eso espero pacientemente que sea tu
momento de volver a conectarte conmigo. Veo mucho en las parejas que trato los
desencuentros a causa de los ritmos diferentes que tienen para encarar la vida.
Sé que es importante aceptar el ritmo del otro. Sé que los hombres huyen cuando
se sienten presionados. Las mujeres suelen quejarse de que los hombres se
cierran al contacto, y no se dan cuenta de que es una respuesta a la presión
que ellas ejercen. Los hombres se cierran cuando se sienten forzados, cuando no
les damos el tiempo que necesitan. Me digo a mí misma que tengo que seguir
escribiéndote, porque es un placer para mi. Como el tema del dar y el recibir
que conversamos tantas veces. El acto de dar es un recibir en si mismo; yo
recibo el placer de que recibas algo bueno que tengo para darte. Recibo la
alegría de que me escuches y que valores lo que te doy. No tiene sentido dar
esperando algo. Libro primero, Cap.5.
Hace
falta salirse de la ilusión para ver al ser que tenemos enfrente. Hoy hablamos
sobre esto en un grupo el dolor de dejar de lado las ilusiones y aceptar la
realidad. Es un momento de crecimiento, cuando dejamos de pelearnos y aceptamos
las cosas como son. Libro primero, Cap.6.
El
momento de dejar las ilusiones es decisivo para la vida de una persona, cuando
decimos: vamos a disfrutar lo que se da, dejemos de llorar por lo imposible. Es
doloroso dejar de lado la pareja ideal, la pasión permanente, pero es la única
manera de sostener un vínculo sano. Todos amamos nuestras ilusiones, no es
fácil dejarlas. Y sin embargo al final, sea como fuere, la realidad siempre se
impone. Como solía repetir tu casi tocayo Fritz Perls: «Una rosa es una rosa
que es una rosa que es una rosa» Libro primero, Cap.6.
No Somos
nosotros los que sostenemos que las respuestas predecibles ensombrecen el
futuro del vínculo? No decimos siempre que lo cambiante del otro es Justamente
lo que hace que cada encuentro pueda ser maravilloso?. Libro primero, Cap.6.
Creo que
estarás de acuerdo en que nos sucede lo mismo que a cualquier pareja:
necesitamos de un poco de la magia que solamente nos llegará si somos capaces
de sorprendernos al encontrarnos hoy en un lugar diferente del que nos solíamos
cruzar hasta ayer, una sorpresa sin miedos, una sorpresa sin parálisis, una
sorpresa que despierte más la frescura de la curiosidad que la inseguridad de
lo desconocido. Y creo que estarás de acuerdo si digo que solo en la medida en
que aceptemos la realidad como es seremos capaces de cambiarla. Libro primero, Cap.6.
Volveremos
posible nuestra fantasía y por supuesto solo así podremos disfrutar de ese
sueño compartido. Sea ese sueño una familia, un viaje, una pareja o escribir un
libro. Libro primero, Cap.6.
En todo
caso, como decía Ambrose Bierce: «Si quieres que tus sueños se
hagan
realidad… despierta». Libro primero, Cap.6.
La magia
se hace presente el encuentro sucede. O al revés, cuando el encuentro sucede la
magia se hace presente…Libro primero,Cap.6.
Ordenémonos
un poco. No solo no hay parejas sin conflictos, sino que son los conflictos lo
que hacen atractivo estar con otro, y más que los conflictos, las diferencias (que
son justamente las que generan el conflicto). Libro primero, Cap.6.
Creo que
es posible aprender de las dificultades es una manera de estar en el mundo,
observar qué ocurre y cómo atravieso la situación. Digo que es una manera de
estar en el mundo porque es muy distinto tener un plan prefijado que dejar que
la vida siga fluyendo. La vida no es cumplir determinadas metas prefijadas,
sería muy aburrido. Es diferente si nos planteamos a ver qué ocurre y cómo
movernos con lo que se va dando. Libro primero, Cap.6.
Muchas
angustias, depresiones, se generan por esto, por tener una idea de a dónde
quiero ir, y cuando mi plan no se cumple me frustro. Cuando no actuás de
acuerdo con mis expectativas, no te quiero. Y no es así. La vida es más vivible
si nos ponemos en la actitud del surfista, descubrir el camino de acuerdo a las
piedras que se interpongan, las olas marcan el camino y no mi idea de a dónde
tengo que llegar. Libro primero, Cap.6.
Qué
relajante llegar a este punto: esto es lo que puedo, esto es lo bueno para mí.
No hay un modelo de vida; lo que a mí me encanta a vos no te gusta, y está todo
bien, ¿por qué tengo que convencerte de que mirar el río es más divertido que
entrar en internet? Vos quedate con la computadora y yo me voy a patinar al
río, nos vemos luego. Libro primero, Cap.6.
No hay
una manera de vivir, cada uno se arma su circo como puede. Cada pareja tiene
que armar su propio circo. Y la vida se va dando cuando uno se abre así. Es
maravilloso todo lo que pasa cuando nos lanzamos a la aventura de vivir. El
camino del héroe. Los conflictos se convierten en algo interesante, en una
aventura hacia el descubrimiento de uno mismo. Libro primero, Cap.6.
Podemos
vivir al vida como si fuéramos un chofer de subte, sabiendo exactamente adónde
vamos y cómo es la ruta, o como un surfista: siguiendo la ola. Te propongo que
sigamos las olas. Nos vamos a divertir, y de eso se trata también. Libro primero, Cap.6.
Me parece
una idea poderosa. De hecho la vida ES un delicado equilibrio impredecible. No
solo hay que dejarse llevar por la ola, sino que también es cierto que no todas
las olas sirven para surfear. La metáfora se ajusta a todo lo que pensamos:
Para hacer surf tenés que estar dispuesto a lo que no podés prever (nadie sabe
cómo vendrá la ola). Todo es una mezcla de arte y entrenamiento, nadie nace
sabiendo hacerlo y, además, es imprescindible estar dispuesto a correr el
riesgo de uno que otro chapuzón y de algunas caídas que nos dejarán llenos de moretones
y de experiencias para la próxima ola.
Es
verdad, no alcanza con los sueños, no alcanza con la fantasía, no alcanza con
las ilusiones, no alcanza con el deseo y los proyectos… Y sin embargo, sin
ellos no hay camino.
Te mando
algunas ideas sobre las que estuve trabajando. Yo creo que todas nuestras
acciones coherentes empiezan en un sueño, eso que vulgarmente llamamos
fantasía, y que se expresa diciendo: Qué lindo sería… Qué espectacular debe
ser… Sería maravilloso… Si nos adueñamos de esa fantasía y nos la probamos como
si fuera una camisa, entonces la fantasía se transforma en una ilusión: Cómo me
gustaría… Me encantaría que… Sería bárbaro que yo pudiera algún día… Si dejo
que esa ilusión anide en mí, si la riego y la dejo crecer, un día la ilusión se
vuelve deseo:
Quisiera
estar en… Lo que más deseo es… Verdaderamente quiero…Libro primero, Cap.6.
Hace
falta ponerse la malla, tomar la tabla de proyectos, entrar a la vida y esperar
atentamente la ola de la realidad para subirse a ella y surfear hasta la mágica
playa de la satisfacción.
Nunca
como ahora las relaciones íntimas nos habían llamado a enfrentarnos a nosotros
mismos ya los demás con tanta sinceridad y conciencia. Hoy mantener una
conexión viva con una pareja íntima nos pone frente al desafío de liberarnos de
viejos hábitos y puntos débiles, y desarrollar todo nuestro poder; sensibilidad
y profundidad como seres humanos. En el pasado, quien deseaba explorar los
misterios más profundos de la vida se recluía en un monasterio o llevaba una
vida ermitaña; en la actualidad, las relaciones intimas se han convertido, para
muchos de nosotros, en la nueva tierra indómita que nos coloca cara a cara con
todos nuestros dioses y demonios. Libro segundo, Cap.7.
Si de
chicos nos damos cuenta de que a nuestros padres no les gusta que pidamos más
afecto, más contención o más presencia, probablemente aprendamos a esconder
nuestras necesidades. Esto no es un cargo a los padres, quizás ellos no tengan
cómo darnos lo que necesitamos, simplemente porque no lo tienen ni para ellos
mismos.
Pero de
todas maneras seguramente allí comenzaremos a tratar de no sentir nuestras
necesidades como estrategia para aliviar el dolor de la frustración.
Practicaremos durante años ese plan de supervivencia: intentar no registrar
nuestras necesidades. Y quizás un día hasta nos identifiquemos con esta manera
de ser.
Entonces
ya no es una estrategia, pasa a ser nuestra personalidad: Yo no necesito nada,
yo me arreglo solo. Nos quedaremos fijados en este planteo y olvidaremos lo que
realmente somos, lo que nos genera verdadera alegría, paz, gozo. En ese momento
seguramente aparezca aquello que Erich Fromm dice en su libro «Tener o Ser»:
Creer que un nuevo coche, una casa más cara, el último desodorante o una cuenta
con suficiente dinero nos va a hacer felices.
La
sociedad de consumo ayuda a vendernos la idea de que tener es la puerta;
comprar, gastar y cambiar son las llaves. Libro segundo, Cap.7.
Aprender
al lado del amado a escucharnos, a tenernos en cuenta, a mirarnos como nuestros
padres no supieron hacerlo.Por supuesto que es muy doloroso necesitar y no
obtener lo que se necesita, y este es el principal problema.
Nadie
quiere sentir el dolor de necesitar algo y no tenerlo. Pero ese dolor es la
única salida para poder encontrar mis verdaderas necesidades, y solo si las
encuentro podré después (¡¡después!!), satisfacerlas. Porque si nos resistimos
a sentirnos vulnerables, cada vez nos endurecemos más y nos alejamos de la
posibilidad de dejarnos sentir lo que necesitamos.
Y encima
por este camino cerramos también nuestra capacidad de recibir
Hay que
tener en cuenta que probablemente esta estrategia de no sentir nos haya servido
durante la infancia. Quizás haya sido más que inteligente no sentir una
necesidad que en realidad no podíamos satisfacer. Pero de grandes podemos
darnos nosotros mismos lo que necesitamos, o buscar las personas adecuadas a
quienes pedírselo. Ya no dependemos de nuestros padres. Libro segundo, Cap.7.
Somos
vulnerables pero no frágiles. Libro segundo, Cap.7.
No hay
intimidad con estrategias, con ellas no vamos a sentir; cumpliremos con
nuestras metas, o sentiremos el placer de dominar al otro, o de conquistarlo, o
lograremos que otro nos mire; pero eso no tiene nada que ver con el verdadero
encuentro, con la intimidad, con el amor.
La idea
es darnos en nuestra relación el espacio para el dolor y la confusión que
aparecen cuando desarmamos nuestra estrategia antifrustración. Este es el
camino a casa. El camino del encuentro con otro ser humano. El camino del amor.
Libro segundo, Cap.7.
Mi lado
neurótico en el asunto es que quiero todo ya, me pongo ansiosa y te persigo,
vos entonces tomás distancia y eso me pone peor, más quiero y vos más distancia
ponés. Cuando me doy cuenta y me corro vos buscás el contacto, yo me aflojo, y entonces
vos te acercás más y yo me aflojo más y todo fluye de nuevo. Libro segundo, Cap.7.
Al
principio de nuestro matrimonio, a mí me costaban mucho sus viajes, él suele
irse tres o cuatro veces al año por su trabajo. Pero ahora los tomo como una
oportunidad para tomar distancia y volver a encontrarnos. Libro segundo, Cap.8.
Ella lo
mira con unos ojos que demandan, que esperan una respuesta, y él se inhibe. Ella
lo mira todo el tiempo esperando que diga algo y él se siente acorralado y se
calla. Libro segundo, Cap.8.
Cuando
los hombres sienten que no pueden con una mujer, huyen, se retiran, ya sea
física o emocionalmente, se desconectan de la mujer. Esto genera en ella mucho
dolor, se vuelve más demandante y reclama. Esto produce que el hombre se retire
aún más y se arme un círculo vicioso en el cual se van alejando cada vez más.
Libro segundo,
Cap.8.
En mi
opinión, el trabajo terapéutico de los hombres es aprender a decirle a las
mujeres lo que les pasa y especialmente lo que les pasa frente a ellas, y una
mujer le agradece mucho a un hombre cuando se abre en vez de huir. Del mismo
modo que un hombre le agradece a una mujer cuando realmente se abre en lugar de
estar diciéndole a él cómo tiene que actuar, que ser, etc. Me gustaría saber tu
punto de vista, ya que vos también los viste. No recibí ningún mail tuyo como
dijiste. Volvé a mandármelo y prometo contestarlo enseguida. Libro segundo, Cap.8.
Creo que
el asunto pasa por descubrirnos todo el tiempo observando qué nos sale. Es
decir, no esperar de nosotros ni de nuestras parejas ser los mismos, sino aceptar
la sorpresa de quién es el otro que tengo al lado hoy, y sorprendernos a
nosotros mismos siendo otros todo el tiempo. Libro segundo, Cap.8.
Buscamos
la intensidad del encuentro pero cuando llega nos asustamos, nos
desestabilizamos. Y sin embargo es muy difícil no ansiarlo, porque intuimos que
no hay nada más saludable que un encuentro auténtico, sin máscaras, sin
engaños, actualizado y sin expectativas. Pero también intuimos que el riesgo de
sufrir tiene un precio muy alto.
Pienso
que nos da tanto miedo entregarnos, fundirnos en el otro, que solo podemos
hacerlo parcialmente, como hacen nuestros pacientes. El intento de protección
contra los dos grandes monstruos: el rechazo y el abandono. Libro segundo, Cap.9.
Y esta es
la paradoja del vínculo amoroso: Todo el tiempo somos otro, y el otro… el otro
también es otro. Libro
segundo, Cap.9.
Si sabés
cómo relacionarte con tu marido o tu esposa no estás verdaderamente casado,
simplemente estás aplicando psicología. Siempre que una relación es real se
está creando y recreando de momento a momento. Libro segundo, Cap.9.
Date
cuenta de qué poco te importa lo que a él le interesa. Vos lo criticás, lo
menospreciás, lo descalificás. Vos, que sentías que amabas demasiado y te
creías tan generosa, date cuenta de que solamente le das lo que vos querés
darle, que no te ocupás de saber lo que él necesita, que solo das por tu
necesidad de dar y no por lo bien que le puede hacer a él lo que le estás
dando. Vos sos la que… que no sabés quién es, la que lo pusiste en un lugar y
nunca más… lo viste de verdad. Libro segundo, Cap.9.
Hay
muchas personas que no pueden salir de sí mismas, que no pueden interesarse en
otro porque nadie les importa». Supongo que es por la misma razón que decimos
siempre que los problemas de pareja son problemas personales, porque alguien
que puede amar, siempre va a encontrar algo para amar en la persona que tiene
enfrente. Y si no, pensemos en los grupos terapéuticos o en los talleres, a los
que llegamos llenos de prejuicios y terminamos sintiendo que amamos a todos;
tan solo porque ellos nos mostraron su alma y nosotros también lo hicimos. Dice
Ortega y Gasset: «Nadie ama sin razón, el mito de que el amor es puro instinto
es equivocado». Libro
segundo, Cap.9.
Creo
hablar en nombre de los dos si digo que los celos siempre son (¡SIEMPRE!), un
síntoma neurótico, una expresión de nuestros aspectos más oscuros.
Celar es
sostener la creencia de que mi amado le da a otra persona lo que solamente yo
tengo derecho a querer de él. O como dice Ambrose Bierce en su Diccionario del
diablo: «Celar es temer perder a alguien, que si uno perdiera por lo que teme
perderlo…, no valdría la pena haberlo conservado».
Hay que
trabajar más en obtener el vínculo que deseo tener con mi amado que en censurar
y controlar sus otras relaciones.
Es parte
de mi credo luchar contra los que proponen que hay que aferrarse a los
vínculos. Las relaciones duran lo que tienen que durar, es decir, mientras
impliquen crecimiento para ambos, a veces unas semanas, otras toda una vida.
Estar
siempre dispuesto a soltares la única posibilidad de sostener un vínculo
renovable eternamente. Libro
segundo, Cap.10.
La
inteligencia de una pareja pasa por disfrutar lo que se da y no pelear para que
se dé lo que no puede darse. Libro tercero, Cap.12.
Toda
relación íntima en la que podemos abrirnos y lograr encuentro y entrega,
pertenece a las cosas más gratificantes que podamos vivenciar; buscamos en ella
contacto, amor, intimidad, porque son estas las situaciones que más nos
enriquecen, las que nos hacen sentir vivos, las que nos llenan de fuerza y de
ganas. Libro
tercero, Cap.13.
En
nuestro intento de decir no al dolor decimos no al amor. Y lo que es peor, nos
decimos no a nosotros mismos. Libro tercero, Cap.13.
El
enamoramiento es un encuentro entre dos seres siendo. Libro tercero, Cap.13.
Los
problemas de pareja comienzan cuando dejamos de estar presentes para nosotros
mismos y para el otro; cuando volvemos a escondernos detrás de roles fijos, de
pantallas; cuando comenzamos a sentir el dolor del alejamiento del otro, que
muchas veces es una proyección de cómo nos alejamos nosotros. Libro tercero, Cap.13.
Abrirnos
y confiar en que el otro nos recibe tal cual somos, es una actitud que viene y
nos lleva al amor. Libro
tercero, Cap.13.
A veces
lo simple aporta las mejores soluciones. Libro tercero, Cap.13.
Aceptarse,
debemos repetir hasta el cansancio, no quiere decir resignarse o creer que no
hay mejoras. Todo lo contrario: estamos convencidos de que es ese movimiento de
aceptación y no pelea (y ninguna otra cosa) lo que puede generar el cambio
verdadero. Libro
tercero, Cap.14.
Aceptarnos
es habitar confortable y relajadamente en nosotros mismos. Libro tercero, Cap.14.
No dudo
de que ser conscientes de lo que sentimos, no engañarnos con los pensamientos,
darnos cuenta de lo que nos pasa, son actitudes esenciales.
Sin
embargo, en ocasiones es muy importante aprender a contener lo que sentimos.
Deberíamos ser capaces de retener lo que nos pasa hasta el momento oportuno
para expresarlo, y buscar la forma adecuada para que el otro pueda recibir
nuestro corazón abierto.
Qué hago
con lo que me pasa. Libro
tercero, Cap.14.
No
quedarnos con una primera emoción que puede esconder otras. Libro tercero, Cap.14.
Amar
tiene que ver con la decisión de dejar entrar al otro, con bajar mis defensas
con abandonar mi desconfianza, con animarme a salir de mis ideas rígidas en su
honor y ponerme en actitud de ver cómo es, cómo se mueve y cómo piensa, sin
intentar
que piense como yo o que haga lo que yo pienso; tiene que ver con no intentar
forzarme a ser como yo creo que a él le gustaría. Libro tercero, Cap. 15.
Cómo
estar presentes en los lugares en los que no quisiéramos estar presentes? ¿Cómo
estar presentes en los lugares de donde lo único que queremos es huir? Libro tercero, Cap. 15.
Las
historias que nos contamos parten de la idea de que si nos metemos en nuestra pena,
nunca vamos a salir de ella; si nos entregamos a nuestra tristeza, vamos a
quedar atrapados allí. Es peligroso volver a ese lugar, lo imaginamos cubierto
de oscuridad, cuando en realidad lo único que hay allí es falta de presencia.
Libro tercero,
Cap. 15.
Es duro
tener que dejar de lado nuestras fantasías sobre lo que podría ser. Es una
renuncia importante. Esa pareja ideal con la que soñé desde que era una niña
muere con el matrimonio y es un gran dolor. Ciertamente cuando me doy cuenta de
que no es así, empiezo a odiar al culpable.
Es
necesario aprender que soy yo la que tiene que resolver su propia vida: Qué me
gusta. Cómo voy a mantenerme. Cómo quiero divertirme. Cuál es el sentido que le
quiero dar a mi vida.
Todas
estas cuestiones esenciales son personales, nadie puede resolverlas por mí. Lo
que puedo esperar de una pareja es un compañero en mi ruta, en la vida, alguien
que me nutra y a su vez se nutra con mi presencia. Pero sobre todo alguien que
no interfiera en mi camino de vida.
Quizás
haya que encontrar otros finales menos clásicos. Epílogo