Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 138.
No solamente Cristo se encuentra en nosotros mismos, sino que se le puede encontrar también y servir y orar en nuestro prójimo. Todo lo que hagamos por nuestro prójimo lo hacemos a Jesucristo.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 138.
La mortificación, en lugar de significar hacernos daño, viene a querer decir dar placer, e incluso vida, a Jesucristo.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 147.
María está cooperando constantemente en la formación de Cristo en nosotros en tal medida, que podríamos decir que El está naciendo constantemente en nosotros de ella. Cada vez que sometemos cualquier porción de nuestra vida a Dios haciendo su voluntad en la forma que El quiere. Ella alumbra en nuestra alma en nueva medida la plenitud de Cristo y cooperamos en su maternidad.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 153.
No hay porqué pensar que buscar a Dios recurriendo a María es perder el tiempo dando un rodeo. No solamente no hay tiempo perdido, sino que ir a El a través de María es el camino más corto, el más seguro también. Ella es el camino elegido por Dios para venir a nosotros.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 154.
Tenemos que hacer que nuestra vida sea “cristocéntrica” en vez de egocéntrica.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 170.
El hombre sensual – es decir, el hombre que vive a través del sentimiento y de los sentidos – no percibe las cosas de Dios.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 174.
No nos damos cuenta de que la vida cristiana es la vida de Cristo vivida por Cristo en nosotros, no simplemente nuestra propia mezquina existencia que arrastramos con solitaria debilidad.
Eugene Boylan; Dificultades en la Oración Mental; 1ª edición 1951, Ediciones Rialp S.A., 14ª edición, Madrid, 2000, p. 190.