El año nuevo nos traerá, en proporciones desconocidas, alegrías y contrariedades. Un año bueno, es aquel en el que unas y otras nos han servido para amar un poco más a Dios. Un año bueno es aquel en el que hemos servido mejor a Dios y a los demás. Cualquier año puede ser el mejor año si aprovechamos las gracias que dios nos tiene reservadas y que pueden convertir en bien la mayor de las desgracias. Para este año que comienza Dios nos ha preparado todas las ayudas que necesitamos para que sea un buen año. No desperdicies ni un sólo día. Y cuando llegue la caída, el error o el desánimo, recomenzar enseguida.
Francisco Fernández Carvajal, Hablar con Dios, Ediciones Palabra, madrid, 1986, Tomo I, p.122.
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