Georges Chevrot; Las Bienaventuranzas, Rialp, Madrid, 1970, p.119.
La creación está ordenada de tal modo que el sufrimiento ocupa en ella un lugar necesario y saludable. Si cuando un niño aproxima un dedo a la llama de una vela no sintiera al instante un dolor atroz, se reiría a carcajadas viendo cómo su manecita se convertía en cenizas.
Georges Chevrot; Las Bienaventuranzas, Rialp, Madrid, 1970, p.127.
Así como el bienestar y el placer nos dispersan hacia cien objetos diversos, el sufrimiento concentra nuestra reflexión sobre los problemas esenciales de la vida.
Georges Chevrot; Las Bienaventuranzas, Rialp, Madrid, 1970, p.134.
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