Es la posibilidad de decir que “no” lo que da tanto encanto al corazón que dice que “sí”.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.65.
Nadie será coronado sin haber luchado.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.65.
Así como vive mi cuerpo, gracias a mi alma, también mi alma empieza a vivir verdaderamente, gracias al espíritu. Porque el espíritu viene del afuera y no de lo que hacemos o merecemos, es libre, gratis, es lo que comunmente se llama “gracia”.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.92.
El placer es el objetivo supremo de todo vivir egoísta.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.99.
La condición para pasar un buen momento es que uno no esté constantemente tratando de pasar un buen momento.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.99.
Todo lo creado tiene algo que decir acerca de Dios.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.102.
Un corazón, una flor, una puesta de sol, deberían alcanzar para satisfacer el corazón humano si éste estuviera hecho sólo para este mundo; pero la permanente búsqueda de “más” es una indicación de que fuimos creados para algo más grande que el amor que podemos encontrar en la tierra.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.121.
8. El florecer es uno de los primeros atisbos de maternidad que la naturaleza conoce.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.125.
9. Cuando una manzana cae al suelo, la pulpa exterior descompone y se pudre, pero en su interior hay semillas que son promesa de inmortalidad…una sutil sugerencia de que cuando nos despojamos de la corteza mortal, hay, oculta dentro de la pulpa externa, un alma que es semilla de la verdadera inmortalidad.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.125.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.65.
Nadie será coronado sin haber luchado.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.65.
Así como vive mi cuerpo, gracias a mi alma, también mi alma empieza a vivir verdaderamente, gracias al espíritu. Porque el espíritu viene del afuera y no de lo que hacemos o merecemos, es libre, gratis, es lo que comunmente se llama “gracia”.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.92.
El placer es el objetivo supremo de todo vivir egoísta.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.99.
La condición para pasar un buen momento es que uno no esté constantemente tratando de pasar un buen momento.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.99.
Todo lo creado tiene algo que decir acerca de Dios.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.102.
Un corazón, una flor, una puesta de sol, deberían alcanzar para satisfacer el corazón humano si éste estuviera hecho sólo para este mundo; pero la permanente búsqueda de “más” es una indicación de que fuimos creados para algo más grande que el amor que podemos encontrar en la tierra.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.121.
8. El florecer es uno de los primeros atisbos de maternidad que la naturaleza conoce.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.125.
9. Cuando una manzana cae al suelo, la pulpa exterior descompone y se pudre, pero en su interior hay semillas que son promesa de inmortalidad…una sutil sugerencia de que cuando nos despojamos de la corteza mortal, hay, oculta dentro de la pulpa externa, un alma que es semilla de la verdadera inmortalidad.
Fulton J. Sheen; Del Pizarrón del Angel, Lumen, Buenos Aires, 1998, p.125.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario