La calidad de vida deberíamos medirla según nuestra relación con Dios.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel,
Alicante, 2011, p.18.
Excusas y quejas nacen de una persona poco espiritual.
Rafael
Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.20.
Si se desconfía de Dios se termina desconfiando de los seres
humanos.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.24.
Aprender a ver a Dios en todas las cosas.
Rafael Pardo; Afán
de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.33.
Sanar el ojo para sanar el corazón.
Rafael Pardo; Afán de
santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.34.
La enfermedad es una pobreza que nos aleja del orgullo.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.34.
Para sanar el corazón: aprender a descubrir la presencia de
Dios en nuestras vidas.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011,
p.39.
Si le damos demasiada importancia a nuestros problemas, el
corazón se enferma.
Rafael Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.43.
El corazón impuro es débil.
Rafael Pardo; Afán de santidad,
Cobel, Alicante, 2011, p.53.
La falta de fe provoca falta de paz.
Rafael Pardo; Afán de
santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.62.
Para sanar el corazón es muy importante la confianza plena
en Dios, en los demás y en nosotros mismos. Todas las actitudes que suponen
envidia, desconfianza, recelo hacia los demás, debilitan nuestro corazón. Rafael
Pardo; Afán de santidad, Cobel, Alicante, 2011, p.69.
Quien está enfermo puede explotar aspectos de su propia vida
que hubiera sido incapaz de hacerlo en salud.
Rafael Pardo; Afán de santidad,
Cobel, Alicante, 2011, p.84.
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