El humor nos aparta momentáneamente del dolor.
Allen
Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.19.
Tener sentido del humor en las situaciones más oscuras es
signo de superación de la lástima y el abatimiento, implica que estoy empezando
a abrazar de nuevo la vida y que se está produciendo la curación.
Allen Klein;
¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.21.
Buscar el componente humorístico de todo lo que nos
rodea.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.
22.
El humor no nos devolverá lo perdido, pero nos ayudará a
recobrarnos de la pérdida.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra,
Barcelona, 1991, p.37.
En realidad, la distancia no te hace más pequeño, sino
que pasas a formar parte de una imagen más amplia.
Ashleigh Brillant en Allen
Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.37.
El humor aporta perspectiva.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te
ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.37.
Una persona sin sentido del humor es como una carreta sin
amortiguadores: se ve sacudida por todas las piedras del camino.
Henry Ward
Beecher en Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991,
p.44.
Se ha dicho que la razón por la cual los ángeles pueden
volar es porque se toman a sí mismo a la ligera.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te
ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.45.
Un hombre feliz hace tanto bien como una medicina.
Proverbios 17:22.
La vida tiene una estructura parecida a la de un chiste:
creemos que nos dirigimos hacia un lugar, como el principio de un chiste, y de
pronto el destino nos desarma y nos envía en una dirección completamente
distinta.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991,
p.80.
Cuando usted sonríe, no existen barreras lingüísticas.
Esa sonrisa de su rostro es un faro que indica a los demás que su corazón está
abierto.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991,
p.147.
Aceptar la vida y aceptarnos a nosotros mismos, con un
encogimiento de hombros y una sonrisa.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?,
Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.188.
Hace poco oí decir que la primera pregunta que mucha
gente se hace cuando muere y contempla su vida, su pasado, sus decisiones y sus
tribulaciones, es la siguiente: “¿yo era tan serio?”.
Allen Klein; ¿Y tú de qué
te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.231.
Llorar demasiado a los muertos es una ofensa a los vivos.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p.271.
Allen Klein; ¿Y tú de qué te ríes?, Llave Maestra, Barcelona, 1991, p. 271.
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