No hay otra
felicidad que La Paz interior. Buda
¿Que son la
envidia, los celos, la vanidad, la irritabilidad y otras muchas emociones
negativas sino distintas formas de miedo?
Pensamientos
que reclaman excesiva seguridad.
El ego
excesivo desasosiega y crea continuo desamor. Es preciso que el ego mengüe para
que brote la compasión, que se traduce en quietud interior.
La atención
es el antídoto del pensamiento descontrolado y de los problemas imaginarios.
La mayoría
de las veces donde está nuestro cuerpo no está nuestra mente.
Estar más
atento a lo que se piensa, dice o se hace.
La mente
concentrada, el ánimo sereno, la actitud compasiva.
Tanto miras
a lo lejos que no ves lo cercano.
Atrapada en
la jaula de las espectativas.
Unas
personas llenan su vida de Ideas; otras viven la vida.
Ser más
elásticos, más porosos.
El
pensamiento negociante no cede.
La vida es
un alambre que se nos extiende del nacimiento a la muerte. Hay que ser un buen
equilibrista y caminar sobre el alambre con atención, lucidez, ecuanimidad y
firmeza.
No se trata
de escapar, sino atravesar.
La fiesta
estaba en su mente, no solo en el hermoso amanecer.
Si no
podemos cambiar lo que es, cambiemos nuestro punto de vista.
Cada vez que
la mente se cierra, es monotonía, embotamiento y mediocridad; cada vez que se
abre, es frescura, vitalidad e intensidad. Si nos contraemos, la energía se
estanca. Si nos relajamos la energía se expande.
Aprende a
soltarte.
La vida
tiene vicisitudes y las circunstancias muchas veces nos controlan. Se abre el
abismo. Resulta que todo parecía estar muy bien y de repente todo se desbarata.
El abismo de lo imprevisto, lo inescrutable, el lado desconocido e
incontrolable de la vida.
Todo parece
discurrir con mucha fortuna. Llega el infortunio, del mismo modo que una
estación sigue a la otra, y el ocaso al amanecer. El que comprende, permanece
tranquilo.
No puede
resolver nada fuera, pero si puede hallar una solución dentro de sí mismo.
La demanda
excesiva de seguridad es una neurosis, porque reclamamos lo que no es posible.
El problema.
Comienza cuando empezamos a hacer distinción entre el placer y el dolor. Placer
a un lado, sufrimiento a otro; como el péndulo que oscila entre ambos lados, si
desarrollamos la conciencia y la ecuanimidad, podemos situarnos mentalmente en
la parte alta del péndulo y ver los extremos manteniendo una actitud de quietud
y equilibrio.
La
aceptación consciente es una clave importante para propiciar el sosiego y
empieza por la aceptación de lo que uno es. También hay que aprender a aceptar
a los demás. Generamos mucha ansiedad si nos extraviamos en espectativas,
falsas ilusiones, exigencias e imágenes idealizadas.
Siempre hay
tontos que siguen a otros tontos.
El diploma
de sabio no puede obtenerse en una universidad; es el resultado de un gran
trabajo de realización interior.
Se trata de
una experiencia transformadora que nada tiene que ver con la función racional
corriente y que representa un giro instantáneo y espontáneo de la mente que
permite ver lo que no se veía.
A menudo,
entre el que ve y lo visto hay una nube de juicios y prejuicios que impiden la
visión clara.
La quietud
tiene su propio lenguaje revelador.
La vibración
más pura y creativa es la de la quietud. La verdadera quietud exige el ayuno de
la mente, es decir el silencio interior.
Un hombre
que sentía un gran rechazo hacia la enseñanza de buda y envidiaba su firme
talante de serenidad, al cruzarse un día con el, le escupió en el rostro. Luego
cada uno siguió su camino. Pero días después, Buda volvió a cruzarse con el que
de tal modo se había comportado. Le miró sosegadamente y le sonrió con afecto.
El hombre, estupefacto, preguntó: - pero cómo es posible que estés tan
tranquilo e incluso me sonrías amistosamente después de lo qué pasó hace unos
días? - es muy simple, amigo. Ni tú eres ya el que me escupió ni yo, el que
recibió el escupitajo. Ve en paz .
Consumimos
parte de la vida en extravíos mentales como “éste me ha hecho esto” o “aquel me
ha hecho lo otro”.
Todo cambia,
nadie puede sumergirse 2 veces en el mismo río.
Hay un
ejercitamiento muy saludable: la de la media sonrisa. Donde quiera que estés,
cualquier suceso que acontezca, esboza la media sonrisa. Así uno se distiende,
se relaja, se hace física y psíquicamente más elástico.
Esfuerzos
para cambiar la psique, purificar la mente, y seguir la senda del buen vivir:
el esfuerzo por impedir, el esfuerzo por alejar, el esfuerzo por cultivar y el
esfuerzo por fomentar. (Buda)
Los extremos
son las trampas.
Hay 2
grandes categorías de sufrimiento: los que engendra la vida y los que engendra
la mente.
Cuánto más
despierto está el ser humano, más se traduce esa conciencia despierta en lo que
hace aunque sea esbozar una sonrisa. Sus acciones no están cargadas de
urgencia, tensión, crispación .
La acción
calmada del despierto es toda una enseñanza.
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