jueves, 10 de diciembre de 2020

Claudia Celis; Donde habitan los ángeles



Judith

Los recuerdos domados no lastiman…

 

 

Ramsés

Mire, Panchito —me dijo—, usted debe tener en cuenta que su mamá no es una mujer común y corriente. Ella es extraordinariamente bella, y los que tienen algo de extraordinario no actúan como la generalidad de las personas. Imagínesela viviendo en forma rutinaria, como Reme o como Meche, y verá que esa imagen no le va. Es cierto que su belleza la ha convertido en una persona un poco individualista, con cierta tendencia a un inmoderado amor por sí misma… ¿cómo le explicaré?

 

Ramsés

Hay mucho amor dentro de usted, Panchito, y el amor es lo único que transforma a las almas en excelentes.

 

Primera consulta

Su mayor satisfacción eran nuestros logros.

 

La petición de mano

Quisiera pedir esta pieza a quien, como linda flor, ha venido a perfumar nuestra familia.

 

La petición de mano

El tiempo, Panchito!… El tiempo pone todo en su lugar —aseguró.

 

Alejandra

Le voy a explicar —enterró la pala y se recargó en ella—: Usted ha perdido las ganas de vivir, es decir, lo ha perdido todo, porque la vida es lo único que tenemos y que en verdad nos pertenece. Usted está presente sólo para sufrir y hacemos sufrir a los que lo queremos —me tomó de los hombros—; mire, Panchito: el vivir realmente la vida, el tomar en serio la responsabilidad de vivir, nos exige mucho más que respirar y comer. Es nuestro deber superar los obstáculos y seguir adelante. Comprendo su pena, pero usted no está solo, nos tiene a nosotros que lo queremos tanto… me tiene a mí que lo quiero como a un hijo… Me abrazó y lloramos. Por primera vez di rienda suelta a ese llanto que me oprimía el alma. Después de un rato, ya tranquilos, nos alejamos de allí. Me despedí de Alejandra pensando en no regresar. No tenía para qué; a ella me la llevaba, para siempre, en el corazón.

 

Alejandra

Vivimos momentos terribles que no puedo describir; sólo de recordar mi corazón se desgarra.

 

Alejandra

Yo no pude llorar, pero dejé de vivir.

 

Mi vida

Para escalar —me dijo. —¿Cómo dice? —mi extrañeza aumentaba. —Mire, Pan chito —se puso de pie—, usted necesita, a como dé lugar, salir del abismo en el que ha caído. Sé que no va a ser nada fácil, que le llevará bastante tiempo ponerse en forma y aprender a escalar la empinada montaña de la tristeza, pero, por lo menos, ya tiene su equipo; todo está en que se decida y comience a practicar. Volvió a sentarse, abrió el periódico y siguió leyendo. Pensativo, me senté junto a él. Sentí los rayos del sol calentándome y noté el aroma de las plantas. Fue un reencuentro con la vida. —Lo voy a lograr —le dije.

 

Vuelo envidiable

Sabe? —continuó—, muchos de los que me conocen pensaban que yo tenía las alas cortadas, pero eso no es cierto. Mi hermosa Chabelita nunca me tuvo a la fuerza. Si viví pegado a ella y siempre le fui fiel, fue por amor. Ahora yo quisiera salir volando tras ella, igual que el tal Rorro —su voz se quebró—. Fíjese, Panchito, lo que es la vida; tan sin gracia que siempre me pareció ese perico, y resulta que ahora lo envidio…

 

Extraña despedida

CUESTA trabajo creer que en tan poco tiempo la vida de uno pueda cambiar tanto…

 

 

lunes, 7 de diciembre de 2020

Brittainy C. Cherry; La gravedad que nos atrae



Prólogo

Aborrecía que la libertad fuera su jaula.

 

Prólogo

Hasta las almas más oscuras pueden encontrar cierta luz en tu sonrisa.

 

Prólogo

Yo solo tenía dieciocho años cuando murió y Mari, veinte. En ese momento era como si nos hubieran robado toda la luz y no teníamos ni idea de cómo salir adelante.

 

Prólogo

Mari había olvidado que la historia de amor entre una madre y una hija siempre estaba ahí, incluso con el cambio de estación.

 

Prólogo

Su belleza estaba arraigada en su alma, donde solo residían la luz y la bondad.

 

Capítulo 2

Me fascinaba lo bonitas que podían ser las flores para una ocasión tan triste.

 

Capítulo 2

Saber que hay otras clases de heridas en el mundo me ayudó con mi propio dolor.

 

Capítulo 3

Sin la escritura, mi mundo estaría lleno de pérdidas.

 

Capítulo 3

Echo de menos los recuerdos que nunca existieron…

 

Capítulo 3

Si algo había aprendido de los humanos era que todos mentían.

 

Capítulo 3

Una vez la persona rompía la confianza, una vez la mentira salía a la luz, era como si cualquier cosa que hubiera dicho a lo largo de su vida, cierta o falsa, estuviera parcialmente cubierta de traición.

 

Capítulo 5

Las flores son un buen comienzo —dije—. Las palabras también ayudan. Después, tus acciones serán las que más cuenten.

 

Capítulo 8

La gente que consigue exposiciones en museos no duerme, Lucy. Crea.

 

Capítulo 9

La esperanza era el remedio del hombre débil para los problemas de la vida.

 

Capítulo 10

Solo porque sonrías y actúes con libertad no implica que la jaula no exista. Solo significa que has bajado tus estándares sobre lo lejos que te permites volar.

 

Capítulo 14

Si algo había aprendido de todos mis viajes con mamá era que la familia no se cimentaba en la sangre, sino en el amor.

 

Capítulo 19

En la vida no puedes aceptar solo lo positivo. Tienes que aceptarlo todo.

 

Capítulo 28

Donde sentí lo que era formar parte de algo más grande que yo misma.

 

Capítulo 24

Hoy el mundo es un poco más gris. 

 

 

jueves, 3 de diciembre de 2020

Philippe Lançon; El colgajo


¿Cómo es posible vivir después de haber sufrido un atentado, uno en el que tantos compañeros y amigos han perdido la vida? ¿Qué supone seguir viviendo cuando se ha estado en el infierno en la tierra? ¿No es eso también una condena?

 

La larga reconfiguración de una nueva identidad.

 

El nacimiento de la nueva existencia.

 

El ingreso modifica su vida y la vida de las personas de su entorno; modifica sus sentimientos, sus recuerdos, su manera de leer, de escribir y hasta de respirar. El miedo, la dependencia y la culpa se apoderan del narrador, que busca señales sin cesar cuando las referencias se pierden de continuo.

 

1. NOCHE DE REYES

Las últimas palabras que anoté esa noche, a oscuras y de cualquier manera, son de Shakespeare: «Nada de lo que es, es».

 

1. NOCHE DE REYES

Nada de lo que te dicen es, cuando entras en un mundo en el que lo que es no puede en verdad decirse.

 

1. NOCHE DE REYES

Tiene este extraño privilegio: ser una amiga y un recuerdo, una amiga que se ha alejado y un recuerdo que está vivo. No hay peligro de que la olvide, pero, si en lo que sigue de este libro está poco presente, es porque me cuesta hacerla vivir fuera de aquella noche y de todo lo que esta me recuerda. 

 

1. NOCHE DE REYES

Nunca estamos seguros de escapar del desastre.

 

1. NOCHE DE REYES

Es algo que noto en su sonrisa y en su mirada cuando la veo, cuando hablamos, ese algo que simplifica la existencia y que solo habita con esa naturalidad en muy pocas personas, y se lo agradezco.

 

1. NOCHE DE REYES

Yo creía que el bienestar me había dejado para siempre después de un divorcio y de una depresión, esos fenómenos casi normales de la vida occidental contemporánea. Me equivocaba.

 

1. NOCHE DE REYES

Shakespeare es siempre un guía excelente cuando uno trata de abrirse paso por una niebla equívoca y sangrienta. Da forma a lo que no tiene sentido alguno y, de esta manera, da sentido a lo que se ha sufrido, vivido.

 

1. NOCHE DE REYES

Maquiavélico y puritano, dos atributos que son tal para cual: quien quiere castigar a los hombres por sus placeres y sentimientos en nombre del bien que cree defender, en nombre de un dios, se cree con derecho a hacer todo el mal que esté en sus manos para conseguirlo.

 

1. NOCHE DE REYES

Pese a que unas horas antes estábamos sentados uno al lado de otro, yo me quedé en el lado bueno de la vida y tú te precipitaste en el horror. Estos dos mundos parecen en la actualidad ser paralelos, y no sé si algún día podrán volver a encontrarse.

 

1. NOCHE DE REYES

Aquella noche, para mí, sigue estando suspendida entre dos mundos. Al día siguiente, la caída fue vertiginosa. Haberte visto la víspera tan de cerca y saberte, al día siguiente, tan lejos de la misma humanidad es insoportable.

 

1. NOCHE DE REYES

No podrán, ni en la vida ni en este libro. Las palabras, por un lado, y nuestros encuentros, por otro, tienden a reconstruir entre nosotros el puente que quedó destruido. Pero hay un agujero en medio. Lo suficientemente estrecho para que, de un lado y del otro, podamos vernos, hablarnos, casi tocarnos.

 

1. NOCHE DE REYES

Lo suficientemente ancho para que ninguno de los dos pueda reunirse con el otro en esa zona hecha de costumbres, de improvisaciones, de amistad, pero sobre todo de continuidad.

 

2. ALFOMBRA VOLADORA

Lo que yo no sabía es que el atentado me iba a hacer vivir cada minuto como si fuera la última línea: olvidar lo menos posible se convierte en esencial cuando uno se torna de repente extraño a lo que ha vivido, cuando siente que pierde por todas partes.

 

2. ALFOMBRA VOLADORA

Yo era ingenuo, optimista, ansioso, casi inocente.

 

3. LA REUNIÓN

Veía cómo su talento transformaba la realidad en directo.

 

3. LA REUNIÓN

Charlie era una bandera pirata que ondeaba en medio de la edad de oro del capitalismo.

 

5. ENTRE LOS MUERTOS

Recuerdos que te aíslan y que tiran de ti hacia atrás, hacia una escena en la que te gustaría volver a actuar de otra manera, con libertad, en las mejores condiciones, y que sin duda vuelve a empezar del mismo modo para encerrarte mejor.

 

5. ENTRE LOS MUERTOS

Los recuerdos subían a la superficie en desorden, deformados, inservibles, a veces incluso irreconocibles, pero con una presencia firme.

 

5. ENTRE LOS MUERTOS

La memoria es selectiva, cuanto más violento es lo que la llena, más selectiva es; y, no sé por qué, a usted no lo seleccionó.

 

5. ENTRE LOS MUERTOS

El idioma de las flores....

 

5. ENTRE LOS MUERTOS

Nunca habíamos sido íntimos, entre nosotros no había más que una simpatía instintiva.

 

6. EL DESPERTAR

Qué relaciones tienen los hermanos y hermanas? ¿Cómo se conjugan los recuerdos de una intimidad cotidiana —la de la infancia— con el alejamiento progresivo que le suele suceden?

 

6. EL DESPERTAR

Escribir era protestar, aunque también era ya una forma de aceptación. La primera frase, pues, tuvo esa virtud inmediata: hacerme comprender cuánto iba a cambiar mi vida, y que había que admitir sin vacilar todo lo que dicho cambio entrañaría. Las circunstancias eran tan nuevas que exigían un hombre, si no nuevo, al menos metamorfoseado en el plano moral como lo estaba en el plano físico. Todo se jugó, creo, en esos primeros minutos. Una combinación de estoicismo e indulgencia definió mi actitud en los meses que siguieron: nació en aquel instante, bajo aquella luz y con aquella sencilla frase: «Con Gabriela está jodido». Se trataba de una combinación no exenta de dandismo: quise aparecer en todas las circunstancias como aquel que había decidido ser, desde el quirófano al baño, desde la silla a la camilla, desde el pasillo austero del servicio al hermoso parque sombreado del hospital de la Salpêtrière. Pero en la medida en que mi cuerpo sufría una metamorfosis brutal e irreversible, esta manera de ser se convirtió en mi segunda naturaleza, en aquella que lo acompañaba. La necesidad (aceptar todo) y el deber (aceptarlo con la mayor gratitud y ligereza posibles, con una gratitud y una ligereza de hierro) iban a llevarme a convertir en inmutable lo único que podía y debía serlo: mi carácter en presencia de los demás: Los cirujanos ayudarían a la naturaleza a reparar mi cuerpo. Yo debía ayudar a esa naturaleza a fortalecer el resto. Y no rendir homenaje al horror vivido con una ira o una melancolía que tan a menudo hab´ñia expresado en días menos difíciles, ya pasados.

 

6. EL DESPERTAR

De lágrima fácil

 

6. EL DESPERTAR

Había que despedirse de muchas cosashabría que dar la bienvenida a otras.

 

6. EL DESPERTAR

Pero ¿de qué era culpable, aparte de estar en el lugar equivocado en el momento menos oportuno?

 

6. EL DESPERTAR

Su elegancia y su porte.

 

6. EL DESPERTAR

Llegó el dolor, el de verdad, y con él, por un momento, como una luz roja a través de una persiana, la percepción de la batalla que iba a tener que librar.

 

6. EL DESPERTAR

Me encontraba en un estado y en una situación que hacían de mí, en sentido propio, un inocente, y tendría que ir venciendo poco a poco, si era posible, la sensación de que no sabía escribir nada de lo que me pasaba. Tendría que hacerlo, simplemente, para aprender de nuevo a vivir.

 

7. GRAMÁTICA DE HABITACIÓN

También me inventé una palabra para eso: hay que estar «mejormejor».

 

7. GRAMÁTICA DE HABITACIÓN

Los recuerdos espesaban los momentos.

 

11. EL HADA IMPERFECTA

Cuanto que me aferraba a su humor para salir del mío.

 

11. EL HADA IMPERFECTA

Su humor un poco altivo, muy directo, la protegía de los demás, pero también, en cierta medida, de sí misma.


11. EL HADA IMPERFECTA

Sabía lo que valía


11. EL HADA IMPERFECTA

Sabía de su dureza y no ahorraba en muestras de atención e incluso de cariño.

 

11. EL HADA IMPERFECTA

Había entregado su vida a la cirugía, pero no lo pregonabaSu aversión a la pompa y al sentimentalismo se notaba de inmediato y me obligaba a mantenerme en el papel del paciente estoico, incluso divertido.

 

11. EL HADA IMPERFECTA

Nos moriremos antes de haber envejecido.

 

11. EL HADA IMPERFECTA

Ella: «¿Se puede ser divertido sin tomarse en serio? Quiero decir, ¿divertido sin reírse de uno mismo?».

 

11. EL HADA IMPERFECTA

A lo largo de una vida uno se moría incontables veces, muertes pequeñas que nos dejaban allí, de pie, petrificados, supervivientes en una isla, como la de Robinson, que no hemos escogido, con nuestros recuerdos para construir como podamos un futuro y sin ningún Viernes que nos ayudara a labrarlo.

 

13. CALENDARIO ESTÁTICO

Aprovecha la ocasión para regalarme una antología de poemas persas, Oasis d’émeraude, de Sohrab Sepehri.

 

13. CALENDARIO ESTÁTICO

En fin, dejemos los recuerdos donde están.

 

14. LA CAJA DE GALLETAS

Cada momento se cerraba sobre sí mismo antes de que llegara el siguiente.

 

14. LA CAJA DE GALLETAS

Uno siembra psicología donde no comprende nada, me decía.

 

14. LA CAJA DE GALLETAS

Uno nace también donde decide renacer.

 

14. LA CAJA DE GALLETAS

Había leído varios libros en los que se hablaba de los vínculos entre fotografía y muerte. En general me parecían demasiado largos, se los podría resumir como sigue: lo que se ha capturado deja de existir al segundo siguiente; lo que vemos es la huella inmóvil de un instante, de una vida que ha terminado; e incluso esta huella terminará borrándose algún día. Lo que vemos al final es la condensación de todos estos fenómenos. No es por tanto ni una realidad, ni un recuerdo, ni una fantasía, ni una ensoñación, ni un ritual de resurrección, sino un poco todo a la vez. Como cualquier persona, había tenido ocasión de comprobarlo mirando fotos de infancia, de juventud y en última instancia incluso de un día antes; mirando sobre todo fotografías de juventud de mi madre y de mi padre que había encontrado en su casa o en la de mi abuela materna, y que había guardado: había pegado algunas en hojas de papel DIN-A4 y les había añadido poemas que, en el momento de escribirlos, me permitían apropiarme de estas vidas que me habían precedido. 

 

14. LA CAJA DE GALLETAS

Cuando estás muy mal, cuando la tristeza se te hace insoportable, tienes que buscar los gestos que te procuran alivio.

 

15. EL COLGAJO

«El cerebro necesita tiempo para comprender y traducir los mensajes que le mandan los nervios frenéticos; el paciente debe ser paciente, y debe serlo lo más rápido posible».

 

16. ESCENA CONYUGAL

No quería volver a salir del capullo, me sentía incapaz. La mera idea de abandonar el recinto del hospital me aterrorizaba. No porque fuera el lugar en el que era omnipotente, sino porque era el lugar en el que mi experiencia era vivible.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Sus nombres forman una guirnalda y no pasa un solo día en que no piense en uno u otro.

 

16. ESCENA CONYUGAL

La mujer a la que amaba se había convertido en la mujer que sobraba.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Muestra cómo el atentado crea una cadena de sufrimientos súbitos, comunes y particulares, en el que cada amigo de la víctima parece de pronto marcado a fuego candente, como ganado: la violación es colectiva. Es por ello por lo que, a partir del 7 de enero, mi vida dejó de ser mía. Me convertí en responsable de aquellos que, de un modo u otro, me querían. Mis heridas eran también las suyas. Mi prueba, mi adversidad era cosa de todos.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Todo lo que venía de Chloé me fortalecía especialmente.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Cuando uno se calla, se siente casi inteligente.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Escribir sobre mi propio caso era la mejor manera de comprenderlo, de asimilarlo, pero también de pensar en otra cosa, puesto que quien escribía dejaba de ser por unos minutos, por una hora, el paciente sobre el cual escribía: era un reportero y el cronista de una reconstrucción. Estaba como nunca agradecido a mi oficio, que era también una manera de ser y de vivir, a fin de cuentas: haberlo ejercido tantos años me permitía mantener a distancia mis propias penas justo cuando más lo necesitaba, y transformarlas, como un alquimista, en objetos de curiosidad.

 

16. ESCENA CONYUGAL

Escribir es la mejor manera de salir de uno mismo, aunque uno no hable de otra cosa.

 

17. EL ARTE DE LA FUGA

Uno no se libra del infierno en el que está, no hay forma de destruirlo. Yo no podía eliminar la violencia que me habían infligido, ni tampoco aquella que trataba de mitigar los efectos de la primera. Lo que sí podía hacer, en cambio, era aprender a convivir con ella, a domesticarla buscando, como decía Kafka, la mayor dulzura posible.

 

18. EL SEÑOR TARBES

Nunca sabemos lo que nos va a deparar el mañana.

 

19. EL MAL DEL PACIENTE

Cuando la intensidad se convierte en la regla, uno se pliega a ella con entusiasmo, y lo que carece de intensidad se asemeja al tiempo muerto y hace de uno una suerte de fantasma.

 

19. EL MAL DEL PACIENTE

Recuerdos apagados.

 

19. EL MAL DEL PACIENTE

En una primera vida

 

19. EL MAL DEL PACIENTE

Era un alivio, una simplificación y una elevación.

 

19. EL MAL DEL PACIENTE

El momento de buscar consuelo en una frase de Michel Foucault, cuyo padre era cirujano: “He reemplazado lo imborrable de la cicatriz por el signo perfectamente borrable y tachable de la escritura”».

 

20. LOS REGRESOS

No se regodeaba en ninguna de sus penas. Barría la evidencia de la soledad y de las incertidumbres de la vida con una cálida sonrisa.

 

20. LOS REGRESOS

«Usted y yo», le dije, «empezamos los dos una nueva vida».

 

20. LOS REGRESOS

Sus palabras me masajeaban tanto como sus manos.

 

20. LOS REGRESOS

Los acontecimientos más fugazmente violentos e inesperados se instalan y ocupan un lugar destacado en nuestras vidas porque van a trastocarlas, pero los detalles de los minutos irreversibles parecen sustraerse a nuestros recuerdos: y si yo escribo es solo con la tenue esperanza de restituirlos en parte.

 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Rosa Montero; La loca de la casa


Los recuerdos no son siempre lo que parecen.

 

Uno

Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida con un cómputo de novios y de libros.

 

Uno

Siempre he pensado que la narrativa es el arte primordial de los humanos.

 

Uno

Para ser, tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos.

 

Uno

Nos inventamos nuestros recuerdos.

 

Uno

Los humanos somos, por encima de todo, novelistas, autores de una única novela cuya escritura nos lleva toda la existencia y en la que nos reservamos el papel protagonista.

 

Dos

El escritor siempre está escribiendo.

 

Dos

Escribir, en fin, es estar habitado por un revoltijo de fantasías, a veces perezosas como las lentas ensoñaciones de una siesta estival, a veces agitadas y enfebrecidas como el delirio de un loco.

 

Dos

De joven, la muerte siempre es la muerte de los demás.

 

Tres

Los novelistas, escribanos incontinentes, disparamos y disparamos palabras sin cesar contra la muerte.

 

Tres

la especie procrea contra la muerte.

 

Tres

Soy una persona enamoradiza.

 

Tres

Para que un hombre me atrajera de verdad, yo tenía que creer que nos comunicábamos.

 

Tres

Eran unos tiempos felices y fáciles, unos tiempos sin sida, promiscuos y carnales

 

Tres

Yo también me fui camino del resto de mi vida

 

Tres

Hasta ser engullido por la línea del tiempo.

 

Tres

Las cosas en la vida, ya se sabe, casi siempre se logran a destiempo.

 

Cuatro

La presencia intuida de lo hermoso.

 

Siete

Los famosos se convierten a veces en tortugas vueltas boca arriba.

 

Siete

Lúcido librito Cumpleaños, ha hecho la reflexión que me parece más atinada sobre por qué un escritor es atacado de pronto por el desánimo, el bloqueo, el desaliento, la seca (como decía Donoso), la mudez definitiva o pasajera.

 

Siete

Uno se hace viejo por fuera, pero también por dentro.

 

Ocho

En una milésima de segundo, todo mi mundo estable, doméstico y seguro se había convertido en una pesadilla.

 

Ocho

El miedo imaginario suele ser siempre peor que el peligro o el dolor real.

 

Diez

Por qué será que, cuando no estamos sumidos en el martirio del desamor, no le damos tanta importancia a esa desdicha? ¿Será que, en el fondo de nuestra conciencia, sabemos que la pasión amorosa es un invento, un producto de nuestra imaginación, una fantasía?

 

Diez

La loca de la casa a veces es así: juega perversamente con nosotros. Nos hace experimentar un dolor destructivo y auténtico frente a sus espejismos.

 

Diez

Como soy una persona apasionada, he vivido repetidas veces ese dolor amoroso insoportable que luego siempre se acaba soportando.

 

Diez

Miradas golosas

 

Diez

Durante varios años, el recuerdo de M. me siguió produciendo una especie de desagradable pellizco en la memoria.

 

Diez

Si tú supieras la cantidad de vidas distintas que puede haber en una sola vida… Pero no se lo dije.

 

Once

«Las palabras pesan y dicen más de lo que dicen», escribe Klemperer 

 

Once

Por eso el género literario que prefiero es el de la novela, que es el que mejor se pliega a la materia rota de la vida. La poesía aspira a la perfección; el ensayo, a la exactitud; el drama, al orden estructural. La novela es el único territorio literario en el que reina la misma imprecisión y desmesura que en la existencia humana.

 

Once

La vida jamás es exacta.

 

Doce

Puesto que nuestras existencias son un cuento que nos vamos contando a medida que crecemos, adaptándolo y cambiándolo según las circunstancias, fastidia pensar que la versión final de ese relato va a ser redactada por los demás.

 

Trece

Una novela es todo lo que el escritor es: sus sueños, sus lecturas, su edad, su lengua, su apariencia física, sus enfermedades, sus padres, su clase social, su trabajo… y también su género sexual, sin duda alguna.

 

Catorce

Le añadía brillo y épica.

 

Catorce

Sigo pensando que escribir te salva la vida. Cuando todo lo demás falla, cuando la realidad se pudre, cuando tu existencia naufraga, siempre puedes recurrir al mundo narrativo.

 

Catorce

Creo que la mayoría de los novelistas percibimos que nuestro equilibrio depende de algún modo de nuestra obra.

 

Catorce

El escritor, al igual que cualquier otro artista, intenta echar una ojeada fuera de las fronteras de sus conocimientos, de su cultura, de las convenciones sociales; intenta explorar lo informe y lo ilimitado, y ese territorio desconocido se parece mucho a la locura.

 

Quince

Somos, por definición, bichos lectores. Roemos las palabras de los libros de manera incesante, al igual que la carcoma empeña todo su ser en devorar madera.

 

Quince

Para aprender a escribir hay que leer mucho.

 

Quince

Un mundo sin libros es un mundo sin atmósfera, como Marte.

 

Quince

Un lugar imposible, inhabitable.

 

Quince

Los novelistas no somos sino lectores desparramados y desbordados por nuestra ansiosa hambruna de palabras.

 

Quince

Un lector tiene la vida mucho más larga que las demás personas, porque no se muere hasta que no acaba el libro que está leyendo.

 

Quince

La muerte también es lectora, por eso aconsejo ir siempre con un libro en la mano, porque así cuando llega la muerte y ve el libro se asoma a ver qué lees, como hago yo en el colectivo, y entonces se distrae.

 

Quince

Libro caótico, maravilloso e inmenso.

 

Quince

Porque todo arte es la búsqueda de esa belleza capaz de agrandar la condición humana.

 

Quince

Soñamos, escribimos y creamos para eso, para intentar rozar la hermosura del mundo, que es tan inabarcable.

 

Quince

Así pasamos todos la vida, añorando aquello que es más grande que nosotros, el polvo de estrellas que un día fuimos.

 

Diecisiete

La muerte no sólo te espera al final del camino, sino que también te come por detrás.

 

Diecisiete

Pienso que tal vez la imaginación compita contra la memoria para apoderarse del territorio cerebral. Puede que uno no tenga cabeza suficiente para ser al mismo tiempo memorioso y fantasioso. La loca de la casa, inquilina hacendosa, limpia los salones de recuerdos para estar más ancha.

 

Diecisiete

Paraísos perdidos, promesas traicionadas, felicidades rotas.

 

Diecisiete

Mensajero del pasado y viene cargado de dolor y de melancolía.

 

Diecisiete

Todos los escritores ambicionamos atrapar el tiempo, remansarlo siquiera unos momentos en una pequeña presa de castor construida con palabras; a veces te parece estar a punto de lograrlo; a veces el tiempo forma a tu alrededor un remolino y te permite contemplar un ancho y vertiginoso paisaje a través de los años.

 

Dieciocho

Cada cual tiene un diseño secreto del amor, una fórmula enganchada al corazón.

 

Dieciocho

Me puse coqueta, que es un estado delicioso.

 

Dieciocho

La larga historia personal que me contaba su piel.

 

Dieciocho

Raras veces he sentido tanto a un hombre. Fue un festín.

 

Dieciocho

Eso también sucede con la edad: vas acumulando cicatrices, sólo que algunas son visibles y otras no.

 

Dieciocho

Ambos teníamos pareja en nuestros respectivos países y en cualquier caso la historia había sido demasiado hermosa como para fastidiarla con la cotidianeidad.

 

Dieciocho

Otra de las cosas que una aprende con la edad es a tomar las cosas como vienen. E incluso a dar las gracias.

 

Diecinueve

Escribir es hacerse pasar por otro», dice Justo Navarro.

 

Mercedes Salisachs; El secreto de las flores

1 Y lo que es peor, el desmoronamiento se produjo de repente, sin que hubiera intervenido antes un signo de alerta, ni los ecos de aquella n...