Con ironías e indirectas podremos manifestar tal vez nuestra inteligencia, pero también estaremos cuestionando nuestra bondad moral. No somos unicamente nosotros los inteligentes para esconder nuestra agresividad, lo son también quienes nos escuchan para descubrirla, aunque quizá no nos hagan ningún comentario a este respecto.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.58.
Son palabras de alivio y consuelo lo que necesitamos y no observaciones críticas por muy inteligentes que éstas sean, sobre todo si se hacen en el momento y las circunstancias menos propicias.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.58.
Paz en la palabra o de lo contrario, es preferible el silencio.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.58.
Alguién trajo una rosa hace ya algunos días, y con ella trajo también algo de luz.
V. Gallego, Variación sobre una metáfora barroca en Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.60.
Sonreir es una forma de agradecer la presencia del otro. Por eso sonreir es un acierto en el momento del encuentro.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.62.
Sonreir con la mirada, sonreir con los labios, debería ser nuestra forma habitual de presentarnos a los demás.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.62.
Motivos para estar tristes no nos faltan y motivos para estar alegres tampoco, optemos pues por estos últimos.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.63.
La excesiva seriedad nos da un aspecto ridículo, por darnos demasiada importancia a nosotros mismos.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.63.
El victimismo siempre tiene un alto grado de hipocresía al que no hay que hacerle mucho caso, entre otras cosas porque peca de insolidario.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.63.
Guardar cosas sucias en el corazón sólo sirve para envenenarlo.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.64.
La psique también posee su higiene, igual que el cuerpo, y por tanto hay que cuidarla con una frecuente ventilación que haga desaparecer los malos olores, que terminan infiltrándose hasta por las ranuras más insignificantes. Otra cosa muy distinta es tener el alma perfumada por la alegría de vivir.
Miguel-Angel Martí García; El Encuentro Ediciones Internacionales Universitarias, 1993, Madrid, p.64.
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