lunes, 14 de diciembre de 2009

Sólo una cosa es necesaria: salvar el alma

Es necesario que cada cual esté contento con los dones y talentos con que la providencia le haya dotado. Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 239.
Haganos callar a este orgullo miserable que nos hace ingratos.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 241.
Dios nos distribuye el espíritu y los talentos en conformidad con los designios que sobre nosotros tiene para su servicio, y la medida de gloria que de ellos quiere sacar.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 241.

Sólo una cosa es necesaria: salvar el alma.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 242.

No envidiar los dones que nos faltan, sino hacer fructificar los que Dios nos ha confiado, porque de ellos nos pedirá cuenta, y cuanto más nos hubiere dado, más nos ha de exigir.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 243.

¿Quién cumplirá, pues, mejor su modesta misión aquí abajo? No siempre será el de mejores dotes, sino aquel que se haga más flexible en manos de Dios, es decir: el más humilde, el más obediente. Por medio de un instrumento dócil, aunque sea de mediano valor, o aun insignificante, Dios hará maravillas.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 244.

¿No será más prudente no desear ni pedir nada, sino conservarnos en santa indiferencia, a causa de la incertidumbre en que nos hallamos?
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 246.

¿A qué fin desear una cosa más que otra?
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 248.

Los talentos son preciosos cuando están unidos a la virtud.
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 251.

Dios quiere esto de mí, ¿qué más necesito?
Dom Vital Lehodey; El Santo Abandono (1997), Rialp, Undécima Edición, Madrid, 2005, p. 256.


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