Podemos rezar un misterio del rosario, como quién prepara una bomba de bondad, y arrojarla sin que nadie la vea: por ese amigo que lo pasa mal, por un familiar que necesita ayuda, etc.
Juan Pablo II en José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 21.
El hombre templado adquiere la dureza y flexibilidad necesaria para seguir a Cristo, entenderse con El y ser capaz de amar con obras a los demás.
José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 30.
Juan Pablo II en José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 21.
El hombre templado adquiere la dureza y flexibilidad necesaria para seguir a Cristo, entenderse con El y ser capaz de amar con obras a los demás.
José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 30.
Lo malo no es el placer sino el egoísmo.
José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 37.
José Pedro Manglano; Las siete capitales del alma (2008), 7ª edicción, Cobel, Madrid, 2009, p. 37.
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