Todos tenemos experiencia de que llega un momento en nuestra vida en que la única solución es acudir al señor, rezar como hijos débiles.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.126.
El que es apóstol debe dejar los propios asuntos en segundo término. Lo primero son los demás.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.139.
El que Jesús se acerque a nuestras vidas puede significar alguna vez perder alguna cosa material, algo que hemos de dejar.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.145.
La tibieza nace de la dejadez prolongada en la vida interior. Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
La tibieza es como una pendiente inclinada, que cada vez más rápidamente va separando de Dios.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
Cuando se ha llegado a la tibieza, Cristo queda como oscurecido en la mente y, como consecuencia, toda la vida de piedad resulta una estructura incómoda, que impide moverse a gusto.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
Mientras recomencemos una y otra vez, habrá amor de Dios en nuestras vidas, estaremos alejándonos de la tibieza. El único error posible, el único error grave sería dejar de luchar. Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.147.
Si dijieras “ya basta” has perecido.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.147.
Toda resistencia a la gracia endurece el corazón.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.148.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.126.
El que es apóstol debe dejar los propios asuntos en segundo término. Lo primero son los demás.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.139.
El que Jesús se acerque a nuestras vidas puede significar alguna vez perder alguna cosa material, algo que hemos de dejar.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.145.
La tibieza nace de la dejadez prolongada en la vida interior. Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
La tibieza es como una pendiente inclinada, que cada vez más rápidamente va separando de Dios.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
Cuando se ha llegado a la tibieza, Cristo queda como oscurecido en la mente y, como consecuencia, toda la vida de piedad resulta una estructura incómoda, que impide moverse a gusto.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.146.
Mientras recomencemos una y otra vez, habrá amor de Dios en nuestras vidas, estaremos alejándonos de la tibieza. El único error posible, el único error grave sería dejar de luchar. Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.147.
Si dijieras “ya basta” has perecido.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.147.
Toda resistencia a la gracia endurece el corazón.
Francisco Fernández Carvajal; El Evangelio de San Mateo (1974), Quinta edición, Ediciones Palabra, 1980, p.148.
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