La fórmula para
generar un estado de ansiedad es bien sencilla. Basta imaginarse que en el
futuro van a aparecer una serie de problemas y que nosotros vamos a ser
incapaces de resolverlos.
Lo que hace
insoluble la mayor parte de los problemas no es la dificultad del problema,
sino nuestra sensación de pequeñez en el momento de hacerle frente.
Hoy sabemos que,
cambiando la forma de pensar, cambiamos los circuitos cerebrales.
Si quiere
reinventarse, enfóquese en lo que quiere y no en lo que teme.
Quién es capaz de
hacer que el agua turbia se aclare? Déjala quieta y poco a poco se volverá
clara.» Lao Tzu.
Nuestro cerebro, en
lo que a percepciones se refiere, puede engañarnos por completo. Cuando uno
observa un amanecer y todo el movimiento del sol hasta que éste se oculta, la
percepción visual que se tiene es que el sol se ha movido, mientras que yo
estaba quieto.
La primera persona
del singular —ese diablillo del yo— no es primera, ni persona, ni singular.» James
Hilliman.
Aunque no vemos
poder alguno en un vaso de agua, cuando se convierte en vapor, es capaz de
mover los pistones de máquinas muy poderosas.» T. T. Liang.
Cuando uno cambia
la forma de ver las cosas, las mismas cosas cambian.
Muchas veces sólo
cuando llegamos a ese punto de insatisfacción inspiradora en el que decimos:
«hasta aquí», «se acabó», «así no sigo», y resolvemos con verdadera
determinación dar un paso adelante, no reunimos el coraje que es necesario para
pasar de lo conocido a lo desconocido.
Resulta muy difícil
mantener la alegría y la ilusión en medio de la adversidad. Sin embargo, ir
recuperando poco a poco ese espacio que existe entre lo que me ocurre y mi
respuesta es absolutamente crucial.
Si no sustituimos
nuestras reacciones automáticas por respuestas elegidas, no podemos sostener
que tenemos verdadera libertad interior. Abrir ese espacio de libertad y
trascender aquellos automatismos que sólo traen escasez y sufrimiento a
nuestras vidas y a las de aquellos que nos rodean.
El cuerpo sigue a
la mente como la sombra sigue a la sustancia.» T. T. Liang.
Necesitamos
movernos en dos planos, el de lo que parece que es y el de lo que realmente es,
el plano de aquello de lo que somos conscientes y el plano de lo que somos
inconscientes.
Lo que el corazón
quiere sentir, la mente se lo muestra.
Una de las maneras
más rápidas y potentes para llevar nuestra atención a un determinado lugar es
por medio de las preguntas. Hacernos nuevas preguntas, preguntas que nunca
antes nos hayamos formulado.
Cuando nos apresan
estados de ánimo como la ira, el miedo o la desesperanza, se elevan los niveles
de cortisol y ello entorpece el funcionamiento del sistema inmunitario.
El verdadero
encuentro entre los seres humanos es uno de los mejores antidepresivos que existen.
Las palabras abren
«cajones emocionales» de manera rápida y automática. El tipo de «cajones
emocionales» que abren depende de las experiencias que asociemos a esas
palabras.
Busque palabras
para ayudar y no para anular. Tal vez se sorprenda de lo que empiece a suceder.
Heroicidad que
implica aprender a superarse a sí mismo una y otra vez, para poco a poco ir
expandiendo los límites
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