martes, 20 de febrero de 2018

DIOS MIO, HAZME VIUDA, POR FAVOR


Dios mío, hazme viuda, por favor; Josefina Vázquez Mota

Anulamos tres cuartas partes de nosotras mismas, con el fin de complacer a los demás.

Cuando no nos amamos, somos vulnerables y eso significa capaces de ser heridos.

Mujeres aburridas cuando hay tanto por ser, por hacer, por querer, por compartir, por darnos más allá de un satisfactor material. Mujeres en cuyos años de más energía decidieron hacer de la cafetería cercana al colegio de sus hijos su segundo hogar, y mientras los mandaban a estudiar a unos, y a trabajar a otros para deshacerse de ellos, las horas parecían interminables comentando la vida de los demás. Elegir esta opción es respetable, pero los resultados suelen ser pobres porque vamos perdiendo la pasión y alegría por vivir. La vida se lleva al terreno vegetativo, sin desarrollar lo que tenemos dentro.

Cuando no sabemos ni queremos elegir, dejamos que otros lo hagan por nosotras y después nos andamos quejando de por vida porque nos casamos con lo que sea, trabajamos en lo que sea, comemos lo que sea, tenemos una familia como lo que sea.

Si basamos nuestra autoestima sólo en lo externo corremos el riesgo de vaciarnos por dentro.

Cuando lo mejor de nosotras lo tenemos fuera, resulta insuficiente para vivir y ser felices.

Gustarse es abrir los horizontes afectivos, es arriesgarse y aumentar nuestras probabilidades de conocer a otros. La verdad es que nadie puede dejar de gustarse si se observa con cuidado y con afecto.

Si te tratas mal y eres irrespetuosa con tu persona, tu diálogo obrará como un freno. Elimina de tus respuestas y juicios el no soy capaz, porque cada vez que te lo repites confirmas tu inseguridad y afianzas tus temores.
En el cuento de Alicia en el País de las Maravillas hay una escena en donde Alicia se extravía y al encontrarse frente a diversos caminos pregunta a un gato sabio:
—¿Qué camino debo seguir?
—¿A dónde quieres ir, Alicia?
—La verdad, no lo sé, responde ella.
—Entonces, Alicia, no importa qué camino tomes, de todas formas te llevará a ninguna parte.

El dolor absorbe todas nuestras energías y, hasta que lo manejamos con éxito o ya no podemos soportarlo, somos capaces de andar por nuevos caminos, de volver a amarnos a nosotras mismas y a los demás.
DESDE FRASES tan trilladas y reveladoras como: es que mi marido no me saca los domingos, como si fuéramos mascotas y no personas, hasta toda una serie de expresiones que utilizamos para justificar los múltiples "porqués" de nuestros fracasos y debilidades, son características de la mujer víctima de las circunstancias.

Detrás de una víctima solemos encontrar un ser humano con miedo de enfrentar su realidad. Las víctimas, para existir, deben tener un victimario, un chivo expiatorio, y cuantos más sean pues mejor, porque así tendrán más recursos para esconder temores y fracasos. Los victimarios más comunes se encuentran entre aquéllos más cercanos a nosotras, son aquéllos a quienes decimos amar y hacer la razón de nuestra existencia, y al mismo tiempo los convertimos en causantes de nuestras pesadas cargas. Sin nuestros victimarios la vida perdería sentido porque los actos frecuentemente "heroicos" de una víctima no encontrarían sustento ni justificación alguna.

Las víctimas viven muchas facetas y su vida es una permanente actuación, un actuar en contra de sí mismas y también de los demás. Una actuación que termina por confundirías, pues a la larga será muy difícil distinguir a la verdadera persona de entre tantas máscaras que ha fabricado.

Las víctimas desarrollan consciente o inconscientemente armas poderosas y altamente dañinas que esgrimen contra aquéllos a los que han tenido que dedicar toda su vida. La manipulación, el chantaje, los llantos incontenibles, los reclamos por más atención y tiempo, que pueden ser verbales y directos, o manifestarse por múltiples enfermedades o mensajes manipuladores cuya intensidad y gravedad dependerán del propósito que la víctima se proponga conseguir.

Aceptar toda la responsabilidad de nuestros actos, incluyendo nuestras respuestas emocionales y de comportamiento ante todas las situaciones de nuestra vida, es el paso definitivo a la madurez humana.

Aceptar toda la responsabilidad de nuestros actos, incluyendo nuestras respuestas emocionales y de comportamiento ante todas las situaciones de nuestra vida, es el paso definitivo a la madurez humana.

Rezaba un niño antes de dormir: "Dios mío, haz a los malos buenos y a los buenos, divertidos".

El dolor no es inaguantable, lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado y el futuro. ANTHONY DE MELLO

EL PASADO no puede cambiarse, por muy bueno o doloroso que haya sido. Lo que sí podemos hacer es cambiar nuestra actitud respecto al pasado y tomar de éste aquello que nos haga más fuertes. Vivir atrapados en el pasado es elegir morir en el presente y negarnos la posibilidad de un mejor futuro. Cuando creemos que todo era mejor ayer, o bien cuando no superamos lo vivido, arrastramos cadenas que terminarán por hundirnos. Cada cosa que hacemos deja huella en nosotros, por eso puede decirse que el hombre es rehén de su historia. El pasado debe enlatarse y debemos fugarnos hacia el futuro.

Los rencores, la venganza, el dolor, los remordimientos y una interminable lista de culpas lograrán hacernos esclavas de lo irremediable.

Si el pasado lastima, será mejor cerrar la página y seguir adelante. Por el contrario, si los sucesos vividos nos dan alegría y fortaleza, hay que construir sobre ellos el presente y hacer la elección del futuro que queremos.

Renunciar a ciertas ideas viejas es indispensable para crecer. Debo aprender cómo desprenderme de la imagen fija de quien creo que soy. Si quiero crecer, debo desengancharme de mi pasado. La adicción es lo contrario a la libertad. ...es cualquier cosa que mantenga el control de nuestras vidas y es progresiva y mortal...

La adicción es un proceso que se usa para evitar o eliminar cualquier realidad que sea para nosotros intolerable o dolorosa.

El dar ejemplo está siendo uno de los grandes ausentes en la vida familiar.

La mejor definición de matrimonio que he encontrado es aquella que establece que un matrimonio es de tres: Tú, con todo lo que eres, sientes, amas, anhelas. Yo, con todo mi ser y sentir. Nosotros, con un proyecto de vida en común. En este tipo de relaciones: "yo"puedo ser"yo", tú"puedes ser"tú"y "nosotros" podemos ser "nosotros".

Es así que le damos al otro la misma libertad que nosotros queremos tener y lo aceptamos tal cual es. No utilizamos nuestro amor para cambiarlo, sino para afirmarlo.

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