Morir no es
tan importante…..puede esperar unas horas más.
Me quedé
contigo tal y como venías de fábrica, solía decir.
Hasta los
hombre como Ove, les gustaba tener con quién no hablar de vez en cuando.
Los
recuerdos de una mujer que se empeñaba en ver en algunos hombres mas potencial
del que ellos mismos se reconocían.
Hombres
atrapados en épocas equivocadas. Que solo le piden a la vida unas cuantas cosas
sencillas….Una mujer a la que serle fiel.
Ahora mismo
no tengo tiempo de morir.
Es difícil reconocer que uno se ha equivocado. Sobre todo, cuando lleva equivocado mucho tiempo.
La muerte es
una cosa extraordinaria. La gente vive la vida como si no existiera, siendo así
que, la mayor parte del tiempo, es la principal razón para vivir. Algunos de
nosotros alcanzamos llegado el momento tal conciencia de su existencia que
empezamos a vivir con más intensidad, más tozudez, más rabia. Otros necesitamos
su presencia constante para comprender siquiera cuál es su opuesto. Otros
estamos tan ocupados pensando en ella que nos instalamos en la sala de espera
mucho antes de que haya anunciado su llegada. Le tenemos miedo y, aún así, la
mayoría de nosotros tememos mucho más que le llegue a otro. Porque el miedo más
fiero en relación con la muerte es que nos pase de largo. Y que nos deje aquí
solos.
Algo se
rompe en el fuero interno de un hombre que entierra a la única persona que lo
ha comprendido en la vida. No hay tiempo que cure una herida así.
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